Mujeres y niños congoleños huyen de la violencia en Ituri

Mujeres y niños congoleños huyen de la violencia en Ituri

AFP / JOHN WESSELSUna congoleña con su hijo recién nacido en una clínica para desplazados en Bunia, República Democrática del Congo, el 27 de febrero de 2018
La resurgimiento repentino de la violencia intercomunitaria en Ituri, en el noreste de la República Democrática del Congo (RDC), ha provocado la huida de decenas de miles de civiles en condiciones precarias hacia Uganda o la capital provincial, Bunia.
En cerca de un mes, unas 40.000 personas atravesaron el lago Albert hacia Uganda y otras 20.000 hallaron refugio en Bunia, según cifras de Médicos Sin Fronteras (MSF) publicadas esta semana, ante la incesante llegada de individuos que matan, incendian y saquean pueblos.
En el centro médico Bigo de Bunia, donde se administran los primeros auxilios, una mujer de 54 años recuerda la primera masacre, a principios de febrero, en la aldea de Blukwa.
"Los asaltantes iban repartidos en tres grupos: los jóvenes, armados con machetes, lanzas y flechas, iban en primera fila y degollaban a la gente. Tras ellos, se encontraba el grupo de los que quemaban casas. Y luego venían los que robaban el ganado y otros bienes de valor", declara Françoise Malosi.
"Escapamos al bosque, donde pasamos tras días", explica. En total, 1.900 desplazados fueron atendidos desde el 9 de febrero en ese centro de salud, incluyendo 450 mujeres embrazadas (20 ya dieron a luz), según el enfermero Baseke Kazimoto.
Entre los desplazados, hay numerosas mujeres y niños, principales víctimas de la violencia en República Democrática del Congo, a menudo sometidos a agresiones sexuales por hombres armados.
AFP / JOHN WESSELSEl campamento de desplazados de Bunia, en RDC, el 27 de febrero de 2018
En Uganda, los congoleños llegan a Sebarogo, en el distrito de Hoima, donde una epidemia de cólera golpeó a un millar de personas, provocando treinta muertos, según las estadísticas de una oenegé del 28 de febrero.
Se tarda entre seis y diez horas en cruzar el lago Albert, donde algunos refugiados acabaron ahogados, según MSF y testigos. "Muchos llegan traumados y agotados, con niños enfermos", declaró el coordinador de la oenegé en Uganda, Ahmad Mahamat.
En el lado congoleño del lago, en Bunia, la mayoría de los 20.000 desplazados vive con familias de acogida, mientras que unos 2.000 fueron reagrupados de forma temporal en tiendas en el recinto del hospital regional, indica MSF.
Ya hay operativos seis retretes y cuatro duchas, y se están construyendo más.
- Mosquitos, lluvia y frío -
AFP / JOHN WESSELSUna desplazada congoleña se construye un refugio en el campamento de Bunia, en República Democrática del Congo, el 27 de febrero de 2018
Otra mujer, viuda y madre de cinco niños, intenta construirse una cabaña por sus propios medios.
"Vengo de un pueblo, Che, donde los atacantes quemaron todas nuestras casas. Caminé durante tres días y desde que nos instalaron en este campamento, duermo afuera, expuesta a los mosquitos, la lluvia y el frío con mis hijos", explica.
Según testigos, los alimentos que se distribuyen no son suficientes.
"Cada día, necesitamos de media 500 kg de arroz, 300 kg de judías y 40 litros de aceite para ofrecer un único plato caliente a los desplazados", indica el pastor Ignace Bingi, coordinador de la oenegé local Lasi.
Un niño de 8 años, al parecer no acompañado, presenta síntomas de malnutrición. Lasi asegura haber detectado un centenar de niños que perdieron a sus padres en la huida.
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) identificó el 23 de febrero a "70 niños no acompañados y 245 niños separados de sus familias con necesidades urgentes de asistencia en los alrededores del hospital general de Bunia".
Los niños, sucios y harapientos, descalzos en su mayoría, deambulan por el campamento. Unicef calcula que más de un centenar de escuelas de la región interrumpieron las clases.
AFP / JOHN WESSELSUna mujer, en el exterior del campamento de desplazados de Bunia, en RDC, el 27 de febrero de 2018copy https://www.afp.com/es/
El aflujo de la población que huye de la violencia en Ituri podría aumentar, pues una nueva masacre dejó al menos 49 muertos a 80 km al norte de Bunia el jueves por la noche. Una matanza ocurrida a principios de febrero acabó con la vida de 23 personas, a unos cien km al norte de Bunia.
Responsables comunitarios de los Hema acusaron al grupo rival, Lendu. Dos grupos que se enfrentaron en un conflicto entre 1999 y 2003 que dejó decenas de miles de muertos.

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