22/12/2012 - 15:53
Irak, privado de presidente justo cuando se perfila otra crisis
BAGDAD (AFP)
La hospitalización en Alemania del presidente iraquí Jalal Talabani
priva al país de un mediador clave cuando parece reactivarse el
conflicto entre el primer ministro chiita Nuri al Maliki y los sunitas
del bloque laico Iraqiya.
Primer kurdo que accede a la jefatura del Estado, Talabani se ha forjado una sólida reputación de hombre de paz por haber intentado mitigar la profunda división que persiste entre las comunidades sunita, chiita, árabe y kurda del país.
"Aunque en teoría el papel de (Talabani) es (...) limitado, su influencia y sus competencias de mediador permitieron atenuar el revuelo en la escena política del país", estima John Drake, experto del grupo AKE.
"Algunos pueden considerar su puesto como protocolario, pero lo ha hecho más activo, gracias al diálogo y a la negociación, que desempeñan un papel importante en la vida política iraquí", precisa.
Hospitalizado de urgencia en Bagdad por un ataque cerebral, según la televisión oficial, Talabani fue trasladado el jueves a un hospital de Berlín para recibir atención médica.
Una ausencia que llega en mal momento, con una crisis política en el horizonte después de que el jueves fueran detenidos al menos nueve guardias del ministro de Finanzas, Rifaa al Isawi, miembro de Iraqiya.
El portavoz del Consejo Superior de Justicia, Abdelsattar Bayraqdar, dijo a la AFP que los nueve agentes habían sido detenidos en virtud de la ley antiterrorista y que el jefe de los guardias confesó haber perpetrado "actos terroristas".
Después de haber informado de una "incursión" en su domicilio y en el ministerio, así como de la detención de 150 guardias, Isawi reclamó el jueves por la noche la dimisión del primer ministro "porque no se ha comportado como un hombre de Estado".
El viernes, Nuri al Maliki replicó diciendo que le "sorprendía" el vínculo establecido entre "el caso de los detenidos" y las "disputas políticas", y lo calificó de intento de "arrastrar a todo el país hacia un conflicto confesional".
Reconoció, sin embargo, que algunos miembros de las fuerzas de seguridad "no habían actuado profesionalmente" durante las detenciones.
Todo ello podría reavivar el conflicto entre el primer ministro chiita, acusado de "acaparar el poder", y el bloque Iraqiya, apoyado por los sunitas.
En virtud de la Constitución iraquí, "el vicepresidente de la República reemplaza al presidente si el puesto queda vacante por el motivo que sea".
Uno de los dos vicepresidentes, Judair al Juzai, asume actualmente este papel.
El segundo, Tarek al Hashemi, de Iraqiya, se refugió en Turquía. Condenado a muerte cinco veces en rebeldía, sobre todo por asesinatos y complot contra un responsable de la seguridad, Al Hashemi, muy crítico con Maliki, rechaza en bloque las acusaciones que considera urdidas por motivos políticos.
Si Talabani, de 79 años, se viese obligado a jubilarse por motivos de salud, esto podría trastocar de nuevo la vida política iraquí.
Según la Constitución, "el Parlamento elegirá a un nuevo presidente, en un periodo que no supere los 30 días a partir de la fecha en que quede vacante el puesto".
Si Talabani deja de ser presidente "asistiremos probablemente a numerosas negociaciones" entre las diferentes fuerzas políticas, que pueden durar semanas o incluso meses, recalca Drake.
COPY http://www.afp.com
Primer kurdo que accede a la jefatura del Estado, Talabani se ha forjado una sólida reputación de hombre de paz por haber intentado mitigar la profunda división que persiste entre las comunidades sunita, chiita, árabe y kurda del país.
"Aunque en teoría el papel de (Talabani) es (...) limitado, su influencia y sus competencias de mediador permitieron atenuar el revuelo en la escena política del país", estima John Drake, experto del grupo AKE.
"Algunos pueden considerar su puesto como protocolario, pero lo ha hecho más activo, gracias al diálogo y a la negociación, que desempeñan un papel importante en la vida política iraquí", precisa.
Hospitalizado de urgencia en Bagdad por un ataque cerebral, según la televisión oficial, Talabani fue trasladado el jueves a un hospital de Berlín para recibir atención médica.
Una ausencia que llega en mal momento, con una crisis política en el horizonte después de que el jueves fueran detenidos al menos nueve guardias del ministro de Finanzas, Rifaa al Isawi, miembro de Iraqiya.
El portavoz del Consejo Superior de Justicia, Abdelsattar Bayraqdar, dijo a la AFP que los nueve agentes habían sido detenidos en virtud de la ley antiterrorista y que el jefe de los guardias confesó haber perpetrado "actos terroristas".
Después de haber informado de una "incursión" en su domicilio y en el ministerio, así como de la detención de 150 guardias, Isawi reclamó el jueves por la noche la dimisión del primer ministro "porque no se ha comportado como un hombre de Estado".
El viernes, Nuri al Maliki replicó diciendo que le "sorprendía" el vínculo establecido entre "el caso de los detenidos" y las "disputas políticas", y lo calificó de intento de "arrastrar a todo el país hacia un conflicto confesional".
Reconoció, sin embargo, que algunos miembros de las fuerzas de seguridad "no habían actuado profesionalmente" durante las detenciones.
Todo ello podría reavivar el conflicto entre el primer ministro chiita, acusado de "acaparar el poder", y el bloque Iraqiya, apoyado por los sunitas.
En virtud de la Constitución iraquí, "el vicepresidente de la República reemplaza al presidente si el puesto queda vacante por el motivo que sea".
La
hospitalización en Alemania del presidente iraquí Jalal Talabani priva
al país de un mediador clave cuando parece reactivarse el conflicto
entre el primer ministro chiita Nuri al Maliki y los sunitas del bloque
laico Iraqiya.
El segundo, Tarek al Hashemi, de Iraqiya, se refugió en Turquía. Condenado a muerte cinco veces en rebeldía, sobre todo por asesinatos y complot contra un responsable de la seguridad, Al Hashemi, muy crítico con Maliki, rechaza en bloque las acusaciones que considera urdidas por motivos políticos.
Si Talabani, de 79 años, se viese obligado a jubilarse por motivos de salud, esto podría trastocar de nuevo la vida política iraquí.
Según la Constitución, "el Parlamento elegirá a un nuevo presidente, en un periodo que no supere los 30 días a partir de la fecha en que quede vacante el puesto".
Si Talabani deja de ser presidente "asistiremos probablemente a numerosas negociaciones" entre las diferentes fuerzas políticas, que pueden durar semanas o incluso meses, recalca Drake.
COPY http://www.afp.com
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