Rousseff propone un foro mundial contra el espionaje cibernético - Los gigantes de Internet rechazan almacenar sus datos en Brasil - El conflicto con Brasil frustra la compra de aviones F-18 a EE UU

Rousseff propone un foro mundial contra el espionaje cibernético

Juan Arias Río de Janeiro 
La presidenta de Brasil defiende la necesidad de una autoridad mundial para regular el uso de Internet tras las revelaciones sobre la vigilancia de EE UU en ese medio

Rousseff propone un foro mundial para reglamentar Internet

La presidenta de Brasil plantea la convocatoria de un encuentro para regular el uso de la red e impedir el espionaje electrónicoa presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, ha propuesto la convocatoria de un foro mundial para reglamentar el uso de Internet e impedir el espionaje cibernético. Y lo ha hecho en el momento en que cada día nuevas voces en el mundo se suman a las críticas a las acciones ilegales de espionaje llevadas a cabo por la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) de Estados Unidos a ciudadanos, empresas y dirigentes políticos de varios países del mundo.

La sugerencia de la mandataria, presentada el jueves durante una entrevista radiofónica, consistiría en crear, con dicho foro mundial, un marco civil multilateral e internacional que debería ser discutido con jefes de Estado, académicos y representantes de la sociedad civil que podrían reunirse en abril de 2014 en Brasil.
Rousseff destacó, al anunciar su iniciativa, que cuenta ya con el apoyo de Fadi Chehadé, presidenta de la Corporación de Internet para Atribución de Nombres y Números (ICANN), organismo que regula el uso de Internet a nivel mundial. La presidenta brasileña confirmó esta información este jueves durante una entrevista a Radio Itatiaia en Belo Horizonte, capital del Estado de Minas Gerais.
“Defendemos una Internet abierta, democrática, participativa y neutra, sin restricciones. La mayoría de los países van a querer participar de ese proceso. El marco civil ofrecería protección de los datos que circulan por la Red para proteger ciudadanos y empresas”, afirmó.
La mandataria brasileña volvió a condenar las acciones de espionaje por parte de la NSA estadounidense tachándolas de “inadmisibles” y destacó las reacciones cada día más fuertes de los diferentes países del mundo espiados por la agencia.
La excusa dada para tales escuchas ilegales que servirían para protegerse frente al terrorismo, no justifican, según Rousseff, que incluso los correos personales de ella y de la presidenta de Alemania, Angela Merkel, hayan sido violados.
Rousseff había defendido anteriormente la posibilidad de que se creara un gobierno global para Internet durante su discurso de apertura en la 68 Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York, en plena polémica con el gobierno del presidente Barack Obama.
En aquel discurso, Rousseff recordó: “Luché contra el arbitrio y la censura y no puedo dejar ahora de defender de modo intransigente el derecho a la privacidad de los individuos y a la soberanía de mi país”. Y añadió: “sin él [derecho a la privacidad] no existe verdadera libertad de expresión y opinión y, por tanto, no existe verdadera democracia”. Más aún, recalcó la presidenta: “Sin respeto a la soberanía, no existen las bases para una relación entre las naciones”.
El nuevo representante de Brasil ante la ONU, el exministro de Asuntos Exteriores, Antonio Patriota, al asumir oficialmente su cargo ha afirmado que el tema del espionaje será “prioridad durante su gestión”.
Patriota informó que Brasil está ya trabajando con otros países, como Alemania, para la aprobación del derecho a la privacidad, derecho que está, dijo “íntimamente ligado a la libertad de expresión”.
Brasil quiere reunir el mayor número de adhesiones posible a su proyecto que podría ser discutido también en otras instancias como, por ejemplo, en el Consejo de Seguridad de la ONU y en la misma Asamblea General, según afirmó Patriota al diario O Globo.

Los gigantes de Internet rechazan almacenar sus datos en Brasil

Juan Arias Río de Janeiro
La Policía Federal brasileña pretende interrogar a los presidentes de Yahoo, Microsoft, Google, Facebook y Apple
Dilma Rousseff, en Brasilia el martes. / UESLEI MARCELINO (REUTERS)
El Congreso de Brasil votará en los próximos días la ley presentada por el Gobierno de la presidenta Dilma Rousseff que obliga a la creación de centros de datos nacionales de Internet. El proyecto ha sido impugnado por 45 instituciones de tecnología y comercio nacionales y extranjeras, que en un documento han detallado los problemas que podría acarrear la medida.
Entre los firmantes del documento, publicado por la revista Veja, figura la United States Council for International Business y la Informational Technology Industry Council, que representan a gigantes de la informática como Amazon, Apple, Google y Facebook.
La ley es resultado del escándalo del espionaje llevado a cabo por la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) con ciudadanos, empresas y dirigentes del Gobierno de Brasil, incluido el correo electrónico personal de la presidenta, lo que motivó que Rousseff renunciara a su viaje de Estado a Washington programado para el 23 de octubre.
El proyecto de ley obliga a que “el almacenamiento de datos de personas físicas o jurídicas brasileñas por parte de los proveedores de aplicaciones de Internet que ejercen esa actividad de forma organizada, profesional y con finalidades económicas en el país se lleve a cabo en el territorio nacional, salvo los casos previstos en la reglamentación”.
En otro párrafo de la ley se explica que “quedan incluidos los registros de acceso a las aplicaciones de Internet, así como al contenido de las comunicaciones en los que por lo menos uno de los partícipes esté en territorio brasileño”.
Según reveló este jueves la TV Globo, la Policía federal de Brasil abrió este verano una investigación en la que pretende interrogar a los presidentes de cinco gigantes de Internet: Yahoo, Microsoft, Google, Facebook y Apple, ubicados en los Estados Unidos de América, país con el que Brasil mantiene una cooperación jurídica en investigaciones criminales. Las autoridades policiales brasileñas pretenden conocer así el alcance del espionaje llevado a cabo por los Estados Unidos en Brasil.
El responsable por la investigación, según ha escrito en su blog de la agencia UOL, Josias de Souza, es el delegado Luiz Augusto Pessoa Nogueira y su plan es muy ambicioso. Para empezar ha pedido, por ejemplo, poder interrogar a Edward Snowden, el exanalista de inteligencia subcontratado que prestaba servicios a la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) estadounidense, y responsable de la publicación de documentos que comprueban que EE UU ha espiado a varios países incluso amigos, como Brasil.
La petición de la policía será traducida al inglés y enviada por el Ministerio de Justicia y por la Cancillería brasileña al Departamento de Justicia estadounidense. Sin embargo, para que la Policía Federal de Brasil pueda llevar a cabo todos esos interrogatorios en EE UU, necesitará la colaboración directa de las autoridades de aquel país y, para ello, una gestión cuya burocracia, según Josias, podría eternizarse.
Según las 45 instituciones que firman el documento contra la propuesta de almacenar la información digital en territorio brasileño, “la seguridad de los datos no está relacionada con su lugar de almacenaje sino más bien con la forma en la que serán mantenidos y protegidos”. Eso confirma lo que ya habían apuntado algunos especialistas sobre que la obligatoriedad de crear centros de datos nacionales “no ayudará a combatir el espionaje”.
El documento firmado por las 45 instituciones y entregado al diputado del Partido de los Trabajadores (PT), Alessandro Molon, relator del proyecto de ley, advierte que dicha medida podrá “tener efectos colaterales” como la reducción de seguridad relativa a los datos del usuario, el aumento del coste de los servicios y la pérdida de competitividad de las empresas, así como el perjuicio a los consumidores.
El director del Instituto de Tecnología y Sociedad de Río de Janeiro, Ronaldo Lemos, en una entrevista a Veja, advirtió que la obligatoriedad de colocar los datos en centros de datos nacionales “hará huir a las empresas del país” que “recelarán de ofrecer servicios a usuarios brasileños por miedo a que, en el futuro, se vean obligadas a montar un centro de datos”.
En los círculos de gobierno no ha sido comentado el documento contra el proyecto de ley. Todo hace prever que la norma será aprobada, ya que la presidenta ha basado en ella su respuesta a la polémica abierta con el Gobierno de Washington.

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff. / UESLEI MARCELINO (REUTERS)

El conflicto con Brasil frustra la compra de aviones F-18 a EE UU

Eva Saiz Washington 
El viceconsejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca sostiene que no están afectadas otras exportaciones a Brasil

El espionaje a Brasil frustra una compra millonaria de F-18 a EE UU

El acuerdo ascendía a 4.000 millones de dólares

La Casa Blanca sostiene que los escándalos de la NSA no han afectado al resto de exportaciones

 

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff. / UESLEI MARCELINO (REUTERS)

 

Los efectos del espionaje estadounidense a la presidenta brasileña Dilma Rousseff no se circunscriben solo al ámbito político. Este viernes, la Casa Blanca ha señalado durante un encuentro organizado por la agencia Reuters en Washington que la potencial compra a Brasil de armamento y cazas F-18 a la empresa Boeing por valor de 4.000 millones de dólares se ha visto frustrada por el enfriamiento entre la relación de ambos países. Este distanciamiento, según la Administración de Estados Unidos, no ha minado, sin embrago, la relación comercial con la segunda potencia económica del continente y el escándalo de las cuestionadas prácticas de vigilancia en el extranjero de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) tampoco ha perjudicado las exportaciones estadounidenses.
“No creo que se pueda afirmar que las preocupaciones en torno al espionaje de la NSA hayan tenido un impacto en la totalidad de nuestra política exterior y creo que Brasil es un caso único que se puede colocar en un extremo de todo el espectro”, ha señalado a Reuters Ben Rhodes, asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca.
No creo que se pueda afirmar que las preocupaciones en torno al espionaje de la NSA hayan tenido un impacto en la totalidad de nuestra política exterior y creo que Brasil es un caso único que se puede colocar en un extremo de todo el espectro”
Ben Rhodes
Desde 2012, Brasil se esá debatiendo entre tres competidores en el proceso de adquisición de cazabombarderos, la estadounidense Boeing, la francesa Dassault Aviation, y la sueca Saab. Boeing esperaba hacerse con el contrato y extender la venta de F-18 hasta 2016. La pérdida de confianza de Brasil en EE UU tras destaparse el espionaje de Washington a las comunicaciones de Rousseff puede arruinar, según las declaraciones de Rhodes a Reuters, la potencial adquisición a la compañía norteamericana.
Rhodes ha reconocido que “no está claro que ahora mismo se pueda retomar la venta de los cazas estadounidenses a Brasil”. “Tenemos que trabajar en reforzar nuestra relación bilateral”, ha señalado el asesor. En medio de este desencuentro, el Gobierno de Rousseff ha abierto la puertas de su política en materia de Defensa a Rusia con quien la semana pasada firmó un acuerdo de compra de armas por valor de mil millones de dólares.
Las economías de EE UU y Brasil son las más fuertes del hemisferio. El país sudamericano es el octavo socio comercial de Washington. El comercio bilateral entre ambos ambos países ascendió en 2012 a 59.000 millones de dólares y las exportaciones de EE UU a Brasil alcanzaron los 63.000 millones de dólares en 2011, según datos de la Casa Blanca.
Con 5.900 millones de dólares desembolsados en Estados Unidos en 2010, los brasileños son los extranjeros que más gastan en ese país, casi 5.000 dólares por persona, según datos del Departamento de Comercio estadounidense y se han convertido en uno de los grandes impulsores de la industria del turismo en este país. El presidente Barack Obama ha solicitado que se acelere el proceso para que eliminar la exigencia de visados para los ciudadanos de Brasil que vengan en calidad de turistas.
El escándalo de espionaje de la NSA en Brasil provocó que en septiembre Rousseff cancelara su esperada visita de Estado a Washington, enturbiando el impulso de los lazos diplomáticos entre ambas potencias iniciada tras la salida de Luis Inácio Lula da Silva del poder. El incidente fue tratado de manera personal entre la presidenta brasileña y su homólogo estadounidense durante la cumbre del G-20 en San Petersburgo y días después a lo largo de una llamada telefónica que mantuvieron ambos mandatarios.
Durante su intervención en la Asamblea General de Naciones Unidas -justo antes que la de la Obama-, la líder brasileña condenó las prácticas de vigilancia y propuso una regulación del uso de Internet que garantice la transparencia y que defina el uso de red y las normas y mecanismos que impidan que pueda emplearse para desarrollar prácticas de vigilancia y espionaje.
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