18/06/2013 - 21:07
WASHINGTON (AFP)
La mayoría republicana en la Cámara de los Representantes
estadounidense dio un paso este martes para intentar dividir la
discusión sobre una reforma migratoria integral, con la aprobación en
comisión de un controvertido proyecto para criminalizar a los
indocumentados.
Los sectores conservadores han retomado la ofensiva en las últimas semanas en medios de comunicación y en el Congreso para intentar parar el proyecto legislativo más ambicioso que tiene en este momento el gobierno de Barack Obama.
En el apasionado debate sobre la reforma migratoria, los sectores más duros del Partido Republicano aducen dos argumentos: que hay que garantizar que la frontera sur está totalmente sellada, y que el debate debe en todo caso ser cortado por partes.
Para ello su primera iniciativa fue la aprobación este martes de un proyecto de ley en la comisión de Asuntos Judiciales de la Cámara de Representantes, que criminaliza la inmigración ilegal y que permite que las policías en los estados comprueben el estatuto migratorio de una persona.
"Aplicar la ley me parece que es un punto razonable para empezar", declaró el autor del texto de la ley "Safe" (seguro, en inglés), el republicano Trey Gowdy.
La estrategia es presentar enmiendas y proyectos que se crucen con la masiva reforma integral de más de 1.000 páginas redactada por un grupo bipartidista en el Senado, para endurecer así claramente el tono de los debates finales en ambas cámaras.
El jefe de la comisión, Robert Goodlatte, señaló que "una reforma migratoria real necesita tener mecanismos que garanticen que el presidente no puede simplemente ignorar la aplicación de las leyes migratorias".
La reforma migratoria es uno de los objetivos legislativos más apremiantes para Obama, quien ha emitido decretos para suavizar la situación de los indocumentados en el país, tras batir récords de deportación en los últimos cuatro años.
El proyecto Safe, de Gowdy y Goodlatte, retoma una ley que fracasó en el Congreso en 2005, por lo que su futuro legislativo aparece muy incierto.
Pero el proyecto pasará ahora al pleno de la Cámara de
Representantes, que ya aprobó hace dos semanas una controvertida
enmienda presupuestaria que impide gastar dinero en un programa para dar
un estatuto legal temporal a centenares de miles de jóvenes
indocumentados.
El debate en la comisión de Asuntos Judiciales se vio perturbado por activistas, que interrumpieron a gritos la sesión antes de ser desalojados.
"Quiero que mis colegas del otro partido entiendan que esos a los que ustedes quieren criminalizar comparten un banco en la iglesia conmigo; son mis vecinos", advirtió durante el debate el demócrata Luis Gutiérrez, que votó en contra de la propuesta.
Este legislador intenta desde hace meses presentar en la Cámara de Representantes un proyecto de reforma integral junto a otros demócratas y republicanos, sin éxito hasta ahora.
La Corte Suprema convalidó el año pasado la decisión del estado de Arizona de darle poderes a su policía estatal para controlar la documentación de sospechosos, aunque la Corte recordó que sólo el gobierno federal tiene potestad en materia de inmigración.
El gobierno de Obama intenta que el entusiasmo que despertó el proyecto bipartidista en el Senado no decaiga.
La reforma integral "es una buena ley de seguridad en la frontera" aseguró este martes a periodistas en teleconferencia la secretaria de Seguridad Interna, Janet Napolitano.
Pero ese proyecto en el Senado enfrenta también pruebas decisivas.
El senador republicano David Vitter presentó una enmienda que exige la implementación de un sistema de identificación biométrico en los más de 300 puertos de entrada al país antes de permitirle a los indocumentados obtener estatus temporal.
"Estamos en un momento muy crítico en la conversación sobre inmigración", advirtió en teleconferencia con periodistas la experta Clarissa Martínez de Castro, directora de inmigración y campañas nacionales de la organización hispana La Raza. COPY http://www.afp.com/
Los sectores conservadores han retomado la ofensiva en las últimas semanas en medios de comunicación y en el Congreso para intentar parar el proyecto legislativo más ambicioso que tiene en este momento el gobierno de Barack Obama.
En el apasionado debate sobre la reforma migratoria, los sectores más duros del Partido Republicano aducen dos argumentos: que hay que garantizar que la frontera sur está totalmente sellada, y que el debate debe en todo caso ser cortado por partes.
Para ello su primera iniciativa fue la aprobación este martes de un proyecto de ley en la comisión de Asuntos Judiciales de la Cámara de Representantes, que criminaliza la inmigración ilegal y que permite que las policías en los estados comprueben el estatuto migratorio de una persona.
"Aplicar la ley me parece que es un punto razonable para empezar", declaró el autor del texto de la ley "Safe" (seguro, en inglés), el republicano Trey Gowdy.
La estrategia es presentar enmiendas y proyectos que se crucen con la masiva reforma integral de más de 1.000 páginas redactada por un grupo bipartidista en el Senado, para endurecer así claramente el tono de los debates finales en ambas cámaras.
El jefe de la comisión, Robert Goodlatte, señaló que "una reforma migratoria real necesita tener mecanismos que garanticen que el presidente no puede simplemente ignorar la aplicación de las leyes migratorias".
La reforma migratoria es uno de los objetivos legislativos más apremiantes para Obama, quien ha emitido decretos para suavizar la situación de los indocumentados en el país, tras batir récords de deportación en los últimos cuatro años.
El proyecto Safe, de Gowdy y Goodlatte, retoma una ley que fracasó en el Congreso en 2005, por lo que su futuro legislativo aparece muy incierto.
La
mayoría republicana en la Cámara de los Representantes estadounidense
dio un paso este martes para intentar dividir la discusión sobre una
reforma migratoria integral, con la aprobación en comisión de un
controvertido proyecto para criminalizar a los indocumentados.
El debate en la comisión de Asuntos Judiciales se vio perturbado por activistas, que interrumpieron a gritos la sesión antes de ser desalojados.
"Quiero que mis colegas del otro partido entiendan que esos a los que ustedes quieren criminalizar comparten un banco en la iglesia conmigo; son mis vecinos", advirtió durante el debate el demócrata Luis Gutiérrez, que votó en contra de la propuesta.
Este legislador intenta desde hace meses presentar en la Cámara de Representantes un proyecto de reforma integral junto a otros demócratas y republicanos, sin éxito hasta ahora.
La Corte Suprema convalidó el año pasado la decisión del estado de Arizona de darle poderes a su policía estatal para controlar la documentación de sospechosos, aunque la Corte recordó que sólo el gobierno federal tiene potestad en materia de inmigración.
El gobierno de Obama intenta que el entusiasmo que despertó el proyecto bipartidista en el Senado no decaiga.
La reforma integral "es una buena ley de seguridad en la frontera" aseguró este martes a periodistas en teleconferencia la secretaria de Seguridad Interna, Janet Napolitano.
Pero ese proyecto en el Senado enfrenta también pruebas decisivas.
El senador republicano David Vitter presentó una enmienda que exige la implementación de un sistema de identificación biométrico en los más de 300 puertos de entrada al país antes de permitirle a los indocumentados obtener estatus temporal.
"Estamos en un momento muy crítico en la conversación sobre inmigración", advirtió en teleconferencia con periodistas la experta Clarissa Martínez de Castro, directora de inmigración y campañas nacionales de la organización hispana La Raza. COPY http://www.afp.com/
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