Marlaska cesa al jefe de la lucha antiterrorista para depurar la cúpula policial
El ministro del Interior también acepta la renuncia del comisario de Navarra que usó una cuenta privada de Twitter para criticar a partidos de izquierda
Madrid
El ministro del Interior Fernando Grande-Marlaska continúa con la depuración de la cúpula de la Policía Nacional que heredó de su antecesor, el popular Juan Ignacio Zoido. El ministerio ha comunicado el cese a dos altos mandos: el máximo responsable de la lucha antiterrorista, el comisario Germán Castiñeira, y el jefe superior de Baleares, Antonio Jarabo de la Peña. Además, Marlaska ha aceptado la renuncia del comisario Daniel Rodríguez al frente de la institución en Navarra y al que una información de eldiario.es de este martes adjudicaba la autoría de varios mensajes en Twitter desde una cuenta privada en los que cargaba contra dirigentes políticos de izquierda y alababa a partidos de extrema derecha. Fuentes de Interior aseguran que el cese de Rodríguez también estaba previsto, pero los hechos conocidos este martes lo han precipitado.
Interior ha nombrado además a dos nuevos miembros de la Junta de Gobierno de la Policía Nacional. El comisario principal Eugenio Pereiro Blanco, hasta ahora comisario general de Extranjería, será el nuevo máximo responsable de la lucha antiterrorista. El hueco que deja Pereiro es ocupado por el comisario Juan Enrique Taborda López, quien anterioremente ya había tenido responsabilidades en la lucha contra la inmigración irregular.
Marlaska destituye a los tres mandos dentro de la política de depuración que inició tras su llegada al ministerio ante el convencimiento de que una parte de los mandos policiales habían sido colocados en sus puestos por el anterior gobierno del PP por afinidad ideológica y que ello había causado "una profunda herida" dentro de la policía, según detallan fuentes cercanas al ministro. Fuentes del departamento llegan a hablar del "sectarismo" de aquella etapa y recuerdan que cuando Mariano Rajoy se convirtió en presidente del Gobierno, su primer ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, relevó a diez de los 13 altos mandos que forman la Junta de Gobierno de la Policía.
Estas mismas fuentes vinculan los nuevos ceses a la intención de Grande-Marlaska de borrar cualquier vestigio de la etapa anterior y de las prácticas irregulares de persecución a los rivales políticos que fueron consideradas probadas por una comisión de investigación en el Congreso de los Diputados que dictaminó la existencia de una brigada patriótica, en la que participaba el comisario jubilado José Manuel Villarejo, encarcelado por su implicación en la trama policial desmantelada en la Operación Tándem.
Fuentes cercanas al ministro detallan que en el caso de Castiñeira (que durante la etapa del PP pasó de ser jefe de la Brigada Provincial de Información a jefe superior de Policía de Madrid y, más tarde, máximo responsable antiterrorista) ha pesado sobre todo la "falta de sintonía" que tenía con los actuales responsables de Interior. En el caso del máximo representante policial en Baleares, el comisario Jarabo de la Peña, en su cese ha influido que durante las recientes inundaciones en el archipiélago, que costaron la vida a trece personas, no interrumpiera las vacaciones que disfrutaba para regresar a su puesto dada la extrema gravedad de la situación. Con el comisario Rodríguez, la gota que ha colmado la paciencia de Interior han sido sus mensajes en Twitter cargando contra políticos, aunque las fuentes consultadas insisten en que este ha sido el último episodio de un mandato en el que también critican su falta de resultados en Navarra.
Sin embajadas
No es el primer paso en este sentido que da el ministro desde que tomó posesión de su cargo. El pasado agosto decidió la destitución en sus actuales destinos en embajadas de tres mandos policiales a los que se vincula con la brigada patriótica. Uno de ellos, el inspector jefe José Ángel Fuentes Gago, hombre de confianza del antiguo número dos de la Policía, el comisario Eugenio Pino, y que estaba en la legación de La Haya, fue cesado de manera fulminante, como adelantó este diario. Los otros dos lo serán en los próximos meses, aunque ya se les ha comunicado que serán sustittuidos.
Ya en junio, Grande-Marlaska había tomado una decisión de peso dentro de la estructura de la Policía Nacional y, en este caso también, de la Guardia Civil. A finales de junio deshizo la reestructuración acometida por su predecesor, Juan Ignacio Zoido, en la cúpula de ambos cuerpos policiales para volver a una organización basada en direcciones adjuntas operativas (DAO). Es decir, dos mandos policiales como números dos de cada uno de los cuerpos inmediatamente por debajo de los puestos políticos de los directores generales de Policía y Guardia Civil. Zoido había eliminado dicha figura, precisamente, por el escándalo de la brigada patriótica. Sin embargo, la medida no se vio acompañada de destituciones ya que los mandos presuntamente salpicados se habían jubilado con antelación, mientras que al resto de los presuntamente implicados en las actividades de este grupo los mantuvo en sus destinos.
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