“Es vergonzoso que tengan que cruzar el mar y mueran”
Walter Oppenheimer
Barcelona
Johannes Hahn, comisario europeo de Vecindad, lamenta el horror del
drama de la inmigración ilegal: "Ni siquiera sabemos cuántos pierden la
vida"“Es una vergüenza que tengan que cruzar el mar y pierdan la vida”
“Ni siquiera sabemos cuántos pierden la vida en la ruta al Mediterráneo”, admite el Hahn
Walter Oppenheimer
Barcelona
20 ABR 2015 - 08:50 CEST
Austriaco de 57 años, cuatro veces superviviente al cáncer, Johannes
Hahn es el comisario europeo responsable de la política de Vecindad. Sus
orígenes políticos y territoriales le acercan más a los vecinos que a
los del sur, pero suya fue la idea de celebrar el pasado día 13 en Barcelona una reunión de ministros de Exteriores de la UE
con sus homólogos de ocho de los 10 vecinos de la ribera sur del
Mediterráneo (Siria y Libia no fueron invitados debido a su
inestabilidad interna).
En una entrevista con este diario poco antes de que se conociera la última tragedia padecida por inmigrantes africanos que intentaban llegar a Italia, Hahn expresó su espanto por el drama de la inmigración ilegal. “No somos siempre altruistas. Si hay 16 millones de refugiados o desplazados en los vecinos del sur es algo que tenemos que abordar por nuestro propio interés. Siempre nos quejamos de los refugiados que llegan a Europa y el potencial de crecimiento es exponencial de las cifras actuales. Tenemos que evitar esa catástrofe humana porque es una vergüenza que jóvenes, niños, padres, tengan que cruzar el mar por su cuenta y riesgo y muchos de ellos pierdan la vida”, opinó. “Y ni siquiera sabemos cuanta gente pierde la vida cuando van desde el Sahel camino de la costa mediterránea. Conocemos en parte las pérdidas de vida al cruzar el mar pero no tenemos evidencias sobre cuántos mueren camino del norte”, añadió Hahn.
En su encuentro de Barcelona, los ministros analizaron la reforma de
una política que abarca cuestiones de “economía, seguridad en un sentido
amplio, contraterrorismo pero también seguridad energética,
inmigración, y otras que se pueden añadir en el futuro”. Uno de los
objetivos de la reforma es no tratar a los vecinos como un bloque
homogéneo: “Tenemos que reconocer que los países vecinos tienen
aspiraciones diferentes en lo que se refiere a su relación con Europa. Y
nosotros también queremos ser claros respecto a ellos. Europa tiene
intereses que hacen que queramos estar involucrados con nuestros
vecinos. No se trata de ser donantes o de patrocinar esto o aquello. No.
Tenemos intereses y tenemos que ver cómo estos intereses pueden
combinar con los de nuestros vecinos”.
Otra de las claves de la reforma es que la política de vecindad no esté condicionada de forma rígida al grado de democracia de los países vecinos, pero sin que eso signifique una renuncia a propagar el modelo. “Lo importante es explicar que esos derechos universales, como les llamamos, no son algo que tenga valor en sí mismo sino que son una clara, digamos, consecuencia. Europa es un continente pequeño, éramos siempre poca gente en comparación con la población del globo y hoy somos solo el 7%, pero seguimos siendo la mayor economía si se cuenta a todos los Estados miembros. Y creo de verdad que eso es porque ofrecemos a los individuos la oportunidad de perseguir su propio interés, de aplicar sus capacidades, sus preferencias, y, en consecuencia, poder crear algo. Es decir, la libertad individual es la mejor base para crear algo que sea también beneficioso para los demás. Y teniendo el precedente de este ejemplo, debemos ofrecérselo a nuestros vecinos; pero, por supuesto, tenemos que entender que hay diferentes orígenes y trasfondos y que precisamente por eso hemos establecido relaciones y hemos ofrecido apoyo a organizaciones de la sociedad civil a partir de nuestro concepto de derechos universales”.
Aunque los ministros apenas se vieron durante unas horas en Barcelona, el comisario defiende con ahínco la eficacia de ese tipo de encuentros. “Después de celebrado aún creo más que era necesario porque me sorprendió mucho en primer lugar el índice de participación de ministros de Exteriores. Eso demuestra la necesidad y también la comprensión por parte de todos los europeos de que la relación con nuestros vecinos del sur es del interés de todos nosotros”, asegura.
“En segundo lugar, ha ofrecido a muchos de ellos y también a muchos de nuestros invitados la oportunidad de celebrar muchos encuentros bilaterales; han hablado unos con otros, que es algo a veces difícil cuando estás en casa. Y, en tercer lugar, como antiguo comisario de Política Regional que ha presentado numerosas estrategias macro regionales, sé que muchos conflictos locales son más fáciles de abordar a nivel macroregión que si los dejas al mero nivel bilateral porque se crea una especie de capa protectora en la que muchas cosas son más fáciles de resolver”, concluye.
copy http://internacional.elpais.com/internacional
En una entrevista con este diario poco antes de que se conociera la última tragedia padecida por inmigrantes africanos que intentaban llegar a Italia, Hahn expresó su espanto por el drama de la inmigración ilegal. “No somos siempre altruistas. Si hay 16 millones de refugiados o desplazados en los vecinos del sur es algo que tenemos que abordar por nuestro propio interés. Siempre nos quejamos de los refugiados que llegan a Europa y el potencial de crecimiento es exponencial de las cifras actuales. Tenemos que evitar esa catástrofe humana porque es una vergüenza que jóvenes, niños, padres, tengan que cruzar el mar por su cuenta y riesgo y muchos de ellos pierdan la vida”, opinó. “Y ni siquiera sabemos cuanta gente pierde la vida cuando van desde el Sahel camino de la costa mediterránea. Conocemos en parte las pérdidas de vida al cruzar el mar pero no tenemos evidencias sobre cuántos mueren camino del norte”, añadió Hahn.
Tenemos que reconocer que los países vecinos tienen aspiraciones diferentes en su relación con Europa
Sin embargo, el comisario austriaco advirtió contra la tentación de considerar que ese es un drama que afecta sobre todo a los países del sur y aseguró que “al principio de este año el mayor número de inmigrantes irregulares vino de Kosovo”. “Tenemos el reto adicional del desastre humano de gente que intenta cruzar el mar arriesgando su vida, pero también arriesgan su vida en camiones refrigerados. Tenemos muchos ejemplos de refugiados que han muerto en camiones por falta de aire. Por desgracia hay muchas maneras de arriesgar la vida, incluso si cruzas la frontera por tierra no tienes la seguridad de que no vayas a morir. Hay una catástrofe humana ahora en el mar y por eso intentamos afrontar esa cuestión en sus orígenes y por eso incluimos en nuestra política a los vecinos de nuestros vecinos. Muchos de los refugiados vienen del África subsahariana”, advirtió.
Otra de las claves de la reforma es que la política de vecindad no esté condicionada de forma rígida al grado de democracia de los países vecinos, pero sin que eso signifique una renuncia a propagar el modelo. “Lo importante es explicar que esos derechos universales, como les llamamos, no son algo que tenga valor en sí mismo sino que son una clara, digamos, consecuencia. Europa es un continente pequeño, éramos siempre poca gente en comparación con la población del globo y hoy somos solo el 7%, pero seguimos siendo la mayor economía si se cuenta a todos los Estados miembros. Y creo de verdad que eso es porque ofrecemos a los individuos la oportunidad de perseguir su propio interés, de aplicar sus capacidades, sus preferencias, y, en consecuencia, poder crear algo. Es decir, la libertad individual es la mejor base para crear algo que sea también beneficioso para los demás. Y teniendo el precedente de este ejemplo, debemos ofrecérselo a nuestros vecinos; pero, por supuesto, tenemos que entender que hay diferentes orígenes y trasfondos y que precisamente por eso hemos establecido relaciones y hemos ofrecido apoyo a organizaciones de la sociedad civil a partir de nuestro concepto de derechos universales”.
Aunque los ministros apenas se vieron durante unas horas en Barcelona, el comisario defiende con ahínco la eficacia de ese tipo de encuentros. “Después de celebrado aún creo más que era necesario porque me sorprendió mucho en primer lugar el índice de participación de ministros de Exteriores. Eso demuestra la necesidad y también la comprensión por parte de todos los europeos de que la relación con nuestros vecinos del sur es del interés de todos nosotros”, asegura.
“En segundo lugar, ha ofrecido a muchos de ellos y también a muchos de nuestros invitados la oportunidad de celebrar muchos encuentros bilaterales; han hablado unos con otros, que es algo a veces difícil cuando estás en casa. Y, en tercer lugar, como antiguo comisario de Política Regional que ha presentado numerosas estrategias macro regionales, sé que muchos conflictos locales son más fáciles de abordar a nivel macroregión que si los dejas al mero nivel bilateral porque se crea una especie de capa protectora en la que muchas cosas son más fáciles de resolver”, concluye.
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