EE UU advierte de que seguirá ayudando a Ucrania para su defensa
Luis Doncel
Múnich
Merkel duda de que Putin cumpla su parte para pacificar el país
aunque se muestra contraria a dar armas a Kiev. "No me imagino que Rusia
vaya a asustarse si armamos al Ejército ucranio"Biden avisa que EE UU mantendrá la ayuda para que Ucrania se defienda
Merkel duda de que Putin cumpla su parte para pacificar Ucrania
El vicepresidente de EE UU, Joe Biden, ha avisado este sábado en la
Conferencia de Seguridad de Múnich que Washington "continuará
proporcionando a Ucrania asistencia en seguridad". En un tono muy duro,
ha afirmado que "el presidente [ruso, Vladímir] Putin ha prometido
muchas veces paz pero ha suministrado tanques, tropas y armas", por lo
que EE UU no alentará la guerra pero "permitirá a Ucrania defenderse por
sí misma". "Permítanme aclarar que no creemos que exista una solución
militar en Ucrania. Pero permítanme igualmente aclarar que no creemos
que Rusia tenga el derecho de hacer lo que está haciendo", ha añadido.
La canciller Angela Merkel ha reconocido este sábado en la Conferencia de Seguridad de Múnich, tras negociar anoche durante cinco horas en Moscú con el presidente ruso, Vladímir Putin, y la víspera con el ucranio Petró Poroshenko, sus dudas sobre las posibilidades de pacificar Ucrania. “No hay ninguna certidumbre sobre el éxito de las conversaciones. Pero el presidente [François] Hollande y yo estamos de acuerdo en que merecía la pena intentarlo. Se lo debemos a la población de Ucrania”, ha declarado en el foro en el que intervienen también el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov; el vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el presidente Poroshenko.
El presidente francés, François Hollande, recalcó en Tulle (Francia) que es imprescindible lograr un acuerdo de fondo. "Si no logramos alcanzar no solo un compromiso, sino un acuerdo de paz, sabemos perfectamente cuál será el escenario. Tiene nombre, se llama guerra", ha declarado, informa Reuters.
Merkel y Hollande sorprendieron el pasado jueves con una minigira a
Kiev y Moscú con el objetivo de rebajar la tensión en el este de
Ucrania. Lo apresurado de la iniciativa diplomática
y la implicación personal de los dos líderes mostraba lo preocupante de
la situación. La canciller alemana ha expresado en Múnich sus dudas
sobre la disposición del presidente Putin a cumplir su parte para acabar
con el conflicto. “No hay ninguna garantía”, ha respondido. “El
presidente ucranio asumió un gran riesgo al firmar el Acuerdo de Minsk.
Hemos vivido una gran decepción”, añadió.
Pero la decepción ante la actitud del Kremlin no impide que Alemania se oponga con firmeza al envío de armas al Ejército ucranio, tal y como reclama Estados Unidos. Un participante en el coloquio posterior al discurso recordó a la canciller que Federico el Grande de Prusia sostenía que “la diplomacia sin armas es como la música sin instrumentos”. “No me puedo imaginar una situación en la que Putin vaya a estar impresionado por el armamento de Ucrania”, respondió Merkel ante un auditorio en el que estaban presentes Poroshenko y Biden. La canciller reiteró su idea de que con medios militares no se solucionará el conflicto. "Esta es la dura realidad. Por eso es tan importante que [los países occidentales] permanezcamos juntos. Podrá costar tiempo, pero estoy convencida al 100% de que con nuestros principios venceremos", concluyó.
Nada más acabar Merkel su intervención en Múnich, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, dibujó un panorama diametralmente opuesto. Lavrov dijo confiar en que "los esfuerzos negociadores den resultados", al tiempo que acusó a la UE y a EE UU de haber inflamado el conflicto con sus decisiones de los últimos meses. Se refirió, por ejemplo, a las conversaciones entre Bruselas y Kiev para firmar un tratado comercial sin contar con Rusia o la calificación de "terroristas" a aquellos que se oponían a la destitución del expresidente ucranio Víctor Yanukóvich, que Lavrov consideró "un golpe de Estado anticonstitucional". "Si ustedes los rusos tienen problemas con EE UU, ¿por qué tienen que pagar por ello los ciudadanos ucranios?", le espetó un participante en el enconado debate que siguió al discurso del ministro ruso.
La canciller Angela Merkel ha reconocido este sábado en la Conferencia de Seguridad de Múnich, tras negociar anoche durante cinco horas en Moscú con el presidente ruso, Vladímir Putin, y la víspera con el ucranio Petró Poroshenko, sus dudas sobre las posibilidades de pacificar Ucrania. “No hay ninguna certidumbre sobre el éxito de las conversaciones. Pero el presidente [François] Hollande y yo estamos de acuerdo en que merecía la pena intentarlo. Se lo debemos a la población de Ucrania”, ha declarado en el foro en el que intervienen también el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov; el vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el presidente Poroshenko.
El presidente francés, François Hollande, recalcó en Tulle (Francia) que es imprescindible lograr un acuerdo de fondo. "Si no logramos alcanzar no solo un compromiso, sino un acuerdo de paz, sabemos perfectamente cuál será el escenario. Tiene nombre, se llama guerra", ha declarado, informa Reuters.
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Pero la decepción ante la actitud del Kremlin no impide que Alemania se oponga con firmeza al envío de armas al Ejército ucranio, tal y como reclama Estados Unidos. Un participante en el coloquio posterior al discurso recordó a la canciller que Federico el Grande de Prusia sostenía que “la diplomacia sin armas es como la música sin instrumentos”. “No me puedo imaginar una situación en la que Putin vaya a estar impresionado por el armamento de Ucrania”, respondió Merkel ante un auditorio en el que estaban presentes Poroshenko y Biden. La canciller reiteró su idea de que con medios militares no se solucionará el conflicto. "Esta es la dura realidad. Por eso es tan importante que [los países occidentales] permanezcamos juntos. Podrá costar tiempo, pero estoy convencida al 100% de que con nuestros principios venceremos", concluyó.
Nada más acabar Merkel su intervención en Múnich, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, dibujó un panorama diametralmente opuesto. Lavrov dijo confiar en que "los esfuerzos negociadores den resultados", al tiempo que acusó a la UE y a EE UU de haber inflamado el conflicto con sus decisiones de los últimos meses. Se refirió, por ejemplo, a las conversaciones entre Bruselas y Kiev para firmar un tratado comercial sin contar con Rusia o la calificación de "terroristas" a aquellos que se oponían a la destitución del expresidente ucranio Víctor Yanukóvich, que Lavrov consideró "un golpe de Estado anticonstitucional". "Si ustedes los rusos tienen problemas con EE UU, ¿por qué tienen que pagar por ello los ciudadanos ucranios?", le espetó un participante en el enconado debate que siguió al discurso del ministro ruso.
El presidente Obama promete “impedir la agresión rusa”
Joan Faus
Washington
El documento, que evalúa las prioridades en política exterior, reafirma el compromiso del mandatario con el multilateralismoLa estrategia de seguridad de EE UU promete “impedir la agresión rusa”
El nuevo documento reafirma el compromiso de Obama con el multilateralismo
Joan Faus
Washington
6 FEB 2015 - 23:57 CET
El informe de la estrategia de seguridad nacional de
Estados Unidos es un ritual que permite desde hace tres décadas medir la
evolución de las prioridades y amenazas en política exterior de la
primera potencia mundial. La Administración de Barack Obama difundió su
primera estrategia en mayo de 2010. Y este viernes presentó la segunda y última de su presidencia,
que finaliza en enero de 2017. En estos casi cinco años, se han
cumplido algunos objetivos y previsiones, pero otros han fracasado.
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La relación con Rusia es uno de los mejores termómetros. En
2010, profundizar los lazos con Moscú era una prioridad. Era la época
del llamado reset. Pero ahora, los fantasmas de la Guerra Fría han reaparecido y el objetivo es frenar la injerencia rusa desde hace casi un año en Ucrania.
“Vamos a impedir la agresión rusa, permaneceremos atentos a sus
capacidades estratégicas, y, si es necesario, ayudaremos a nuestros
aliados y socios a resistir la coacción rusa a largo plazo”, señala el
informe de 29 páginas.
La asesora de seguridad nacional, Susan Rice, admitió este
viernes este viraje. “Gran parte de nuestra atención y recursos serán
para Rusia. En 2010, teníamos otra perspectiva y orientación”, señaló en
un coloquio sobre la nueva estrategia en el centro de estudios
Brookings Institution. Rice insistió en el mensaje oficial de que, si
Rusia no da marcha atrás en su injerencia en Ucrania, EE UU, junto a sus socios europeos, ampliará los “costes” contra Moscú.
La asesora de Obama explicó que Washington sigue sopesando si entrega armas al Ejército ucranio
en su lucha contra los rebeldes prorrusos. “Estamos analizando los
siguientes pasos con nuestros socios europeos”, dijo. Pero, en un matiz
significativo, agregó que le gustaría tomar la decisión de armar a Kiev
en “coordinación” con sus socios. Es un detalle relevante porque algunos países europeos, como Francia y Alemania, se oponen a entregar ayuda militar letal,
mientras Polonia y algunas naciones bálticas optan por lo contrario.
Hasta ahora, EE UU ha coordinado con la Unión Europea todas las
sanciones económicas contra Rusia.
EE UU dice que le gustaría decidir si armar a Kiev en “coordinación” con sus socios europeos, la mayoría de los cuales se opone
La estrategia de seguridad también incide en el compromiso estadounidense de garantizar la defensa de los países del centro y el norte de Europa,
miembros de la OTAN, ante cualquier amenaza rusa. Pero, a su vez, Rice
afirmó que EE UU desea seguir colaborando con Rusia en otros asuntos
globales, como la guerra siria o las negociaciones nucleares con Irán.
El documento presentado este viernes coincide en grandes líneas con la doctrina en política exterior formulada por Obama en un discurso en mayo en la academia militar de West Point.
La filosofía es que EE UU sigue siendo la nación indispensable que debe
liderar las grandes crisis y que estas no se pueden solucionar
únicamente con acciones militares. Pero debe ser un liderazgo realista
con un enfoque multilateralista y a largo plazo que reserve el derecho a
actuar unilateralmente. “La cuestión no es nunca si América debería
liderar, sino cómo lideramos”, subraya Obama en la introducción del
informe.
El presidente sostiene que los desafíos que afronta su país
requieren de una “paciencia y persistencia estratégica”, aunque admite
cierta urgencia: “Adoptamos nuestro papel y responsabilidad excepcional
en un momento en que nuestras contribuciones y capacidades únicas son
más necesitadas”.
América lidera desde una posición de fortaleza. Pero esto no significa que podemos o debemos intentar dictar la trayectoria de todos los eventos. Poderosos como somos y seguiremos siendo, nuestros recursos e influencia no son infinitos"
Barack Obama, presidente de Estados Unidos
Obama, sin embargo, se impone límites: “América lidera
desde una posición de fortaleza. Pero esto no significa que podemos o
debemos intentar dictar la trayectoria de todos los eventos que se
desarrollan en el mundo. Poderosos como somos y seguiremos siendo,
nuestros recursos e influencia no son infinitos. Y en un mundo complejo,
muchos de los problemas de seguridad que afrontamos no tienen arreglos
rápidos y fáciles”.
Las grandes líneas de la doctrina exterior de la Casa
Blanca apenas han variado respecto al discurso de mayo, pero sí algunos
elementos. Entonces, el presidente no hizo ninguna referencia directa al
grupo yihadista Estado Islámico (EI) y descartó una intervención
militar en Siria. Pero el auge de los extremistas obligó en junio a EE
UU a mandar a asesores militares a Irak, y a iniciar a los dos meses
ataques aéreos contra las posiciones del EI en ese país. En septiembre,
los bombardeos se extendieron a Siria. Esa campaña
se basa en los principios detallados en West Point y reafirmados en la
nueva estrategia de seguridad: liderar una amplia coalición con socios
sobre el terreno.
Lo que también varía respecto a mayo es el mayor optimismo sobre el papel de EE UU, en línea con el discurso del estado de la Unión impartido por Obama a finales de enero.
Uno de los grandes objetivos de la estrategia de 2010 era superar el
colapso económico y EE UU lo ha conseguido con creces. “Hoy, Estados
Unidos es más fuerte y está mejor posicionado para conseguir las
oportunidades de este nuevo siglo y proteger nuestros intereses contra
los riesgos de un mundo inseguro”, reza la primera frase del informe.
“La creciente fortaleza económica de América es la base de nuestra
seguridad nacional y una fuente crucial de nuestra influencia en el
extranjero”.copy http://internacional.elpais.com/
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