La OCDE avala el plan de Trump de aumentar la inversión en infraestructuras
La institución augura un crecimiento del PIB mundial del 2,9% este año y del 3,3% en 2017
La OCDE avala el plan de Trump de invertir más en infraestructuras
La institución augura un crecimiento del PIB mundial del 2,9% este año y del 3,3% en 2017
Madrid
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE)
ha reclamado a las economías con margen fiscal que aprovechen el
entorno de bajos tipos para generar déficits públicos con los que
invertir más y salir de la trampa de bajos crecimientos. Según los
cálculos presentados por el organismo, uno de cada tres países podría
embarcarse en un estímulo fiscal del 0,5% del PIB durante 3 ó 4 años de
media que aumentaría el crecimiento entre un 0,4% y un 0,6%.
De
hacerse de forma efectiva, este impulso fiscal no tendría efecto en la
sostenibilidad a medio plazo de la deuda al subir el denominador de la
deuda sobre PIB. Sin embargo, permitiría sacar del desempleo de larga
duración a muchos trabajadores. Además, estos estímulos han de
combinarse con reformas del marco regulatorio y de los sistemas
fiscales, sanitarios y de prestaciones para aumentar todavía más el
margen fiscal y el crecimiento. Después de cinco años de austeridad, la institución
presidida por Angel Gurría ha dado un giro de 180 grados a sus
recomendaciones y pide que países como Reino Unido, Alemania, Francia,
Bélgica o Rusia inviertan más para elevar su capacidad de crecimiento.
"La caída del crecimiento potencial podría hacer que en el futuro los
gobiernos no sean capaces de cumplir con sus promesas de gasto", ha
advertido la economista jefe del club de los países más ricos del mundo,
Catharine Mann. De esta forma, la OCDE se apunta a las tesis del
exsecretario del Tesoro estadounidense Larry Summers, quien lleva tiempo
animando a los gobiernos a aprovechar los bajos tipos para endeudarse e
invertir.
La OCDE ha avalado el plan de inversiones y recortes de
impuestos de Trump sosteniendo que elevará el crecimiento en 0,4 puntos
en 2017 y en 0,8 puntos en 2018. Según el organismo, el estímulo fiscal
podría corregir la marcada caída de la inversión de años anteriores,
mejorar la formación y recolocación de parados, dedicarse al cuidado de
niños o facilitar el paso a una economía más sostenible
medioambientalmente, apunta el organismo. Y añade que la reforma fiscal
incluso podría reforzar la eficiencia bajando los tipos medios pero
tapando agujeros por los que se escapa recaudación.
Sin embargo, alerta de que los riesgos son considerables. Durante un tiempo no se sabe qué medidas se podrán adoptar porque precisarán el respaldo del Congreso. Así que el estímulo fiscal puede ser mayor o menor de lo previsto. Además, los salarios podrían dispararse elevando las presiones inflacionistas y por tanto exigiendo a la Reserva Federal que suba tipos con más fuerza, lo que a su vez podría ocasionar grandes turbulencias en los mercados, máxime cuando el resto de países mantiene unas políticas monetarias mucho más laxas.
Por el contrario, una demanda extranjera débil y un dólar fuerte podrían lastrar las exportaciones y deprimir la inflación, creando unas presiones deflacionarias que necesiten una política de la Reserva Federal más relajada. Por último, la OCDE también señala los riesgos de que las restricciones al comercio de la Administración Trump dañen el crecimiento.
El club de los países más ricos del mundo respalda así el plan del nuevo presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, que ha expresado su intención de poner en marcha un ambicioso plan de infraestructuras por todo el país. La OCDE se suma a la acogida favorable que los mercados financieros han tenido de las primeras intenciones en política económica de Trump y estima que sus planes de una acción masiva de inversión en infraestructuras unida a una rebaja fiscal favorecerán la actividad. La OCDE quiere que este impulso no se limite a EE UU y se haga de forma coordinada en China y en los países europeos "con margen", es decir, en Alemania.
"El efecto fiscal de la política de Trump es una parte importante de nuestra proyección", ha explicado Catalina Mann, economista jefe de la OCDE. "No creemos que nada vaya a suceder durante los próximos seis meses, pero esperamos un aumento de la renta nacional en la segunda mitad de 2017", aseguró a Financial Times. "El impulso de [Estados Unidos] en el gasto en infraestructura y otras inversiones servirá para luchar contra la desigualdad y contrarrestar la disminución constante de la tasa de actividad , tanto por hombres y mujeres de edad intermedia ", asegura el informe.En este sentido, la organización con sede en París también ha reclamado reformas a la administración estadounidense.
La intención de impulsar las inversiones en infraestructura es una de las medidas fiscales que apoya la OCDE para despertar de la atonía a la economía mundial. "Durante los últimos cinco años la economía global ha permanecido en una trampa de bajo crecimiento, con un crecimiento decepcionantemente bajo en torno al 3% anual", apunta la institución internacional en su informe Perspectiva económica mundial, que augura un crecimiento del PIB mundial del 2,9% este año, en línea con lo previsto anteriormente, y del 3,3% en 2017, una décima más de lo estimado en septiembre, mientras que para 2018 augura una expansión del 3,6%.
Para el conjunto de las 34 economías que forman parte de la OCDE, la organización contempla una expansión del 1,7% este año, que se acelerará al 2% el próximo año y alcanzará el 2,3% para 2018.
En este sentido, la OCDE considera que las iniciativas de carácter fiscal podrían "catalizar" la actividad económica privada e impulsar la economía global hacia una tasa de crecimiento "modestamente mayor" del 3,5% para 2018, aunque advierte de que el éxito perdurable en salir de la trampa del bajo crecimiento depende las medidas adoptadas más allá de la política monetaria, así como de su implementación "concertada y efectiva".
"La coyuntura actual de política monetaria extraordinariamente acomodaticia y muy bajos tipos de interés abre una ventana de oportunidad para desplegar iniciativas fiscales", señala la OCDE en su informe, donde subraya que los menores intereses para refinanciar la deuda "han creado espacio fiscal" e incrementan el acceso al mercado y la sostenibilidad de la deuda.
Por su parte, la zona euro también ha visto mejoradas sus previsiones de crecimiento por parte de la OCDE, hasta el 1,7% este año desde el 1,5% estimado en septiembre, mientras que en 2017 crecerá un 1,6%, dos décimas más, y en 2018 llegará al 1,7%.
Respecto a España, la OCDE prevé que acabe el año con un crecimiento del 3,2%. Sin embargo, el PIB sufrirá una ralentización hasta el 2,3% en 2017 y el 2,2% en 2018, conforme se diluyan factores que han impulsado la demanda como los precios del petróleo, los bajos tipos o las rebajas de impuestos. A juicio de la institución sita en París, España alcanzará el objetivo de déficit este año, pero lo incumplirá en los dos años siguientes al registrar en 2017 un 3,6% frente a la meta del 3,1%, y en 2018 un 2,9% frente al objetivo del 2,2%.
La OCDE considera que un Gobierno en minoría podría tener problemas para seguir adelante con las reformas. Precisamente España es uno de los países que en opinión del organismo no tiene margen para abordar estímulos fiscales. Es más, con la deuda manteniéndose los próximos tres años ligeramente por encima del 100% del PIB, la economía española sería muy vulnerable a cualquier cambio de humor en los mercados.
En el caso de Alemania, la OCDE prevé que en 2016 el crecimiento será del 1,7%, una décima menos que en septiembre, aunque mejora dos décimas su pronóstico para 2017, hasta el 1,7%, ritmo de expansión que mantendrá también en 2018.
Francia, por su parte, ve rebajada una décima su previsión de crecimiento en 2016, hasta el 1,2%, mientras que en 2017 crecerá un 1,3% y en 2018 un 1,6%. A su vez, la OCDE mantiene en el 0,8% su previsión para Italia en 2016 y rebaja al 0,9% desde el 1,3% el pronóstico desde 2017, aunque para 2018 espera una expansión del 1%.
En el caso del Reino Unido, la OCDE ha vuelto a mejorar sus pronósticos tras el resultado del referéndum y ahora espera un crecimiento del PIB del 2% este año, cuando en septiembre preveía un 1,8%, mientras que en 2017 augura una expansión del 1,2% desde el 1% anterior y para 2018 el PIB crecerá un 1%.
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Sin embargo, alerta de que los riesgos son considerables. Durante un tiempo no se sabe qué medidas se podrán adoptar porque precisarán el respaldo del Congreso. Así que el estímulo fiscal puede ser mayor o menor de lo previsto. Además, los salarios podrían dispararse elevando las presiones inflacionistas y por tanto exigiendo a la Reserva Federal que suba tipos con más fuerza, lo que a su vez podría ocasionar grandes turbulencias en los mercados, máxime cuando el resto de países mantiene unas políticas monetarias mucho más laxas.
Por el contrario, una demanda extranjera débil y un dólar fuerte podrían lastrar las exportaciones y deprimir la inflación, creando unas presiones deflacionarias que necesiten una política de la Reserva Federal más relajada. Por último, la OCDE también señala los riesgos de que las restricciones al comercio de la Administración Trump dañen el crecimiento.
El club de los países más ricos del mundo respalda así el plan del nuevo presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, que ha expresado su intención de poner en marcha un ambicioso plan de infraestructuras por todo el país. La OCDE se suma a la acogida favorable que los mercados financieros han tenido de las primeras intenciones en política económica de Trump y estima que sus planes de una acción masiva de inversión en infraestructuras unida a una rebaja fiscal favorecerán la actividad. La OCDE quiere que este impulso no se limite a EE UU y se haga de forma coordinada en China y en los países europeos "con margen", es decir, en Alemania.
"El efecto fiscal de la política de Trump es una parte importante de nuestra proyección", ha explicado Catalina Mann, economista jefe de la OCDE. "No creemos que nada vaya a suceder durante los próximos seis meses, pero esperamos un aumento de la renta nacional en la segunda mitad de 2017", aseguró a Financial Times. "El impulso de [Estados Unidos] en el gasto en infraestructura y otras inversiones servirá para luchar contra la desigualdad y contrarrestar la disminución constante de la tasa de actividad , tanto por hombres y mujeres de edad intermedia ", asegura el informe.En este sentido, la organización con sede en París también ha reclamado reformas a la administración estadounidense.
La intención de impulsar las inversiones en infraestructura es una de las medidas fiscales que apoya la OCDE para despertar de la atonía a la economía mundial. "Durante los últimos cinco años la economía global ha permanecido en una trampa de bajo crecimiento, con un crecimiento decepcionantemente bajo en torno al 3% anual", apunta la institución internacional en su informe Perspectiva económica mundial, que augura un crecimiento del PIB mundial del 2,9% este año, en línea con lo previsto anteriormente, y del 3,3% en 2017, una décima más de lo estimado en septiembre, mientras que para 2018 augura una expansión del 3,6%.
Para el conjunto de las 34 economías que forman parte de la OCDE, la organización contempla una expansión del 1,7% este año, que se acelerará al 2% el próximo año y alcanzará el 2,3% para 2018.
En este sentido, la OCDE considera que las iniciativas de carácter fiscal podrían "catalizar" la actividad económica privada e impulsar la economía global hacia una tasa de crecimiento "modestamente mayor" del 3,5% para 2018, aunque advierte de que el éxito perdurable en salir de la trampa del bajo crecimiento depende las medidas adoptadas más allá de la política monetaria, así como de su implementación "concertada y efectiva".
"La coyuntura actual de política monetaria extraordinariamente acomodaticia y muy bajos tipos de interés abre una ventana de oportunidad para desplegar iniciativas fiscales", señala la OCDE en su informe, donde subraya que los menores intereses para refinanciar la deuda "han creado espacio fiscal" e incrementan el acceso al mercado y la sostenibilidad de la deuda.
Mejores perspectivas para España y Reino Unido
Entre los factores que explican la ligera mejoría de las proyecciones de la OCDE destaca el mayor optimismo respecto al crecimiento del PIB de EEUU, que en 2016 se expandirá a un ritmo del 1,5%, una décima más de lo previsto en septiembre, mientras que en 2017 crecerá un 2,3%, dos décimas más de lo anticipado, mientras que un año después llegará al 3%.Por su parte, la zona euro también ha visto mejoradas sus previsiones de crecimiento por parte de la OCDE, hasta el 1,7% este año desde el 1,5% estimado en septiembre, mientras que en 2017 crecerá un 1,6%, dos décimas más, y en 2018 llegará al 1,7%.
Respecto a España, la OCDE prevé que acabe el año con un crecimiento del 3,2%. Sin embargo, el PIB sufrirá una ralentización hasta el 2,3% en 2017 y el 2,2% en 2018, conforme se diluyan factores que han impulsado la demanda como los precios del petróleo, los bajos tipos o las rebajas de impuestos. A juicio de la institución sita en París, España alcanzará el objetivo de déficit este año, pero lo incumplirá en los dos años siguientes al registrar en 2017 un 3,6% frente a la meta del 3,1%, y en 2018 un 2,9% frente al objetivo del 2,2%.
La OCDE considera que un Gobierno en minoría podría tener problemas para seguir adelante con las reformas. Precisamente España es uno de los países que en opinión del organismo no tiene margen para abordar estímulos fiscales. Es más, con la deuda manteniéndose los próximos tres años ligeramente por encima del 100% del PIB, la economía española sería muy vulnerable a cualquier cambio de humor en los mercados.
En el caso de Alemania, la OCDE prevé que en 2016 el crecimiento será del 1,7%, una décima menos que en septiembre, aunque mejora dos décimas su pronóstico para 2017, hasta el 1,7%, ritmo de expansión que mantendrá también en 2018.
Francia, por su parte, ve rebajada una décima su previsión de crecimiento en 2016, hasta el 1,2%, mientras que en 2017 crecerá un 1,3% y en 2018 un 1,6%. A su vez, la OCDE mantiene en el 0,8% su previsión para Italia en 2016 y rebaja al 0,9% desde el 1,3% el pronóstico desde 2017, aunque para 2018 espera una expansión del 1%.
En el caso del Reino Unido, la OCDE ha vuelto a mejorar sus pronósticos tras el resultado del referéndum y ahora espera un crecimiento del PIB del 2% este año, cuando en septiembre preveía un 1,8%, mientras que en 2017 augura una expansión del 1,2% desde el 1% anterior y para 2018 el PIB crecerá un 1%.
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