28/11/2016 - 10:52
Los
rebeldes sirios perdieron el control de todos los barrios norteños que
controlaban en su bastión del este de Alepo, indicó este lunes una ONG,
mientras el régimen avanza en su ofensiva para reconquistar toda la
ciudad.
AFP / George Ourfalian
Un miembro de las fuerzas
gubernamentales inspecciona un edificio del distrito de Masaken Hanano
al día siguiente de arrebatárselo a los rebeldes, el domingo 27 de
noviembre en la ciudad siria de Alepo
Los rebeldes sirios perdieron el control de todos los
barrios norteños que controlaban en su bastión del este de Alepo, indicó
este lunes una ONG, mientras el régimen avanza en su ofensiva para
reconquistar toda la ciudad.
El Ejército capturó el lunes los
barrios de Sajur, Haydariya y Sheij Jodr, mientras las fuerzas kurdas
tomaron el de Sheij Fares de manos de los rebeldes, dijo el Observatorio
Sirio para los Derechos Humanos (OSDH).
Las fuerzas kurdas no
están oficialmente aliadas ni con Damasco ni con los rebeldes, pero la
oposición les acusa de cooperar con el régimen para reconquistar la
ciudad.
"Los rebeldes han perdido el control de todos los barrios
del noreste de Alepo, y ésta es su peor derrota desde que se apoderaron
de la mitad de la ciudad en 2012", dijo el director del OSDH, Rami Abdel
Rahman.
La prensa oficial siria informó de la captura de
Haydariya y Sajur mientras difundía imágenes de algunos de los miles de
civiles que han huido del este de Alepo en los últimos días ante el
avance de las tropas leales al régimen sirio.
Las fuerzas armadas
sirias reanudaron su operación para retomar el este de Alepo hace casi
dos semanas, con la esperanza de asestar un golpe devastador a la
oposición. El diario Al Watan, cercano al gobierno, dijo que el ejército
avanzaba rápidamente.
Agregó que la próxima etapa de la operación
sería "dividir la zona restante en distritos de seguridad que pueden
ser fácilmente controlados y capturarlos sucesivamente".
El avance
"empujará a los hombres armados a entregarse (...) o a aceptar la
reconciliación nacional bajo los términos del Estado sirio", precisó el
rotativo.
En
el consultorio en el que atiende a diario a numerosos desplazados
sirios cerca de la frontera turca, el dentista Muhanad Kabtur apenas se
puede mover: su clínica es una caravana.
AFP / Nazeer al-Khatib
Unos pacientes sirios
esperan al lado de una caravana convertida en una clínica dental móvil
que ofrece atención a los cientos de miles de personas que viven en la
región de Azaz, en el campo de refugiados de Rayan, Alepo, el 15 de
noviembre de 2016
En el consultorio en el que atiende a diario a
numerosos desplazados sirios cerca de la frontera turca, el dentista
Muhanad Kabtur apenas se puede mover: su clínica es una caravana.
Este
sirio de 36 años no cuenta las horas en esta clínica móvil en la que
atiende a algunas de las 350.000 personas que habitan en el sector de
Azaz, una región rebelde de la provincia de Alepo devastada por la
guerra.
Nada que ver con el ritmo de su consultorio en Azaz antes
de que estallase la guerra, en 2011. Entonces los pacientes llegaban a
una hora precisa y les dedicaba unos 45 minutos a cada uno, con la
posibilidad de tomarse descansos.
"Ahora, cada cual anuncia su nombre y pasa por orden de
llegada. Apenas termino con uno y ya está llegando el siguiente",
explica. "Es un caos, no hay organización... No hay el menor descanso,
desde que comienza la jornada hasta el final", agrega.
Frente a la
caravana, una veintena de personas, en su mayoría mujeres y niños,
esperan su turno. Entran uno por uno. La asistente de Muhanad Kabtur
anota el nombre de cada uno.
Con una túnica blanca, el dentista cuenta chistes para distender el ambiente, sobre todo a los niños que acuden algo temerosos.
AFP / Nazeer al-Khatib
Muhanad Qabtur, un
dentista sirio, muestra su equipo de operaciones dentro del vehículo
convertido en una clínica dental móvil, que ofrece sus servicios en la
región de Azaz, en el campo de refugiados de Rayan, Alepo, el 15 de
noviembre de 2016
Una de las primeras pacientes que se instala en la silla de color verde claro es una niña con un velo floreado.
A
pesar de las condiciones de trabajo, Kabtur dice estar contento de
ofrecer cuidados gratuitos a víctimas civiles del conflicto, que ha
causado más de 300.000 muertos y ha obligado a más de la mitad de la
población a abandonar su hogar, generando una grave crisis humanitaria.
"Habría
podido emigrar y vivir tranquilamente, como hicieron otros médicos,
pero decidí permanecer aquí para vivir y morir en mi país", dice.
"Quería ayudar a mis compatriotas, que me necesitan".
- "Como de mi familia" -
Antes de la apertura del
consultorio en octubre, con la ayuda de la Asociación de Doctores
Independientes (ADI), que le paga un salario mensual, y de la ONG
Barada, Kabtur ofrecía sus servicios en un sillón ambulante.
Su
caravana lleva como logo un diente blanco rodeado de un círculo verde.
En su interior hay material moderno, como en una clínica normal.
AFP / Nazeer al-Khatib
Muhanad Qabtur, un
dentista sirio, atiende a una paciente en la caravana convertida en una
clínica dental móvil, que ofrece sus servicios en la región de Azaz, en
el campo de refugiados de Rayan, Alepo, el 15 de noviembre de 2016
Cada día recibe de media a más de una decena de pacientes para simples consultas o actos de cirugía dental.
Kabtur
ofrece consultas en el campo de Al-Rayan, donde hallaron refugio miles
de desplazados, pero también en otros campos de la zona de Azaz.
"Ayudo
a personas que viven en condiciones terribles", afirma el dentista,
padre de dos niñas. "Es lo mínimo que podía hacer, ayudar a gente que
son como de mi familia".
Y aunque en unos meses Siria entrará en su sexto año de
guerra civil sin que se vislumbre ninguna solución política en el
horizonte, Kabtur asegura no querer pensar en el futuro.
"No
pienso en lo que me va a suceder después de la guerra. Quiero que esta
guerra se termine, pero de momento quiero curar a la gente con los
medios disponibles", dice. "Es mi única ambición".
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