El día en que Cristina se rió del cantito “Randazzo, Scioli con dos brazos”
INTERNA OFICIALISTAFue en un viaje para ver al Papa. En el Vaticano, empezaron con ese cantito delante de la Presidenta.
El fin de semana pasada, la frase le salió de la boca a Aníbal Florencio Randazzo con naturalidad:
“Habíamos perdido la elección y empezaba a estar la idea de que
Cristina no podía ser reelecta. Y que el proyecto se quedaba manco”.
Las risas estallaron en la Biblioteca Nacional, entre los integrantes del colectivo K “Carta Abierta”, quienes denostan a Daniel Scioli sin perder oportunidad. El ministro se sumó a las risas y agitando sus manos, aclaró: “Les aseguro que no, salió bárbaro pero no”, dijo risueño.
Este modo de referirse al gobernador bonaerense es moneda corriente en algunos pasillos gubernamentales. Pero tal vez la mayor confirmación de esto no sucedió precisamente en alguno de los salones de la Casa Rosada sino en la residencia de Santa Marta durante el último viaje de Cristina al Vaticano.
Mientras la delegación oficial argentina aguardaba para saludar al Papa, una broma en forma de cantito llegó hasta el oído de Cristina: “Randazzo, Randazzo, Scioli con dos brazos”, entonaron varios y las risas burlonas brotaron otra vez. Incluyendo a la Presidenta.
Ese día se los vio a la espera de la foto con Francisco a los principales referentes de La Cámpora, al entonces aún no tan conocido dirigente radical Leandro Santoro y a los embajadores -saliente y entrante- ante el Vaticano, Juan Pablo Cafiero y Eduardo Valdés.
Ese modo de destrato en la intimidad de algunos oficialistas que no digieren al incombustible gobernador no es unánime, como se preocuparon en blanquear Aníbal Fernández o Juan Cabandié. O el candidato a jefe de Gobierno porteño, Mariano Recalde, quien agradeció a Scioli el apoyo dado en campaña por la esposa del gobernador cuando Karina Rabolini se mostró junto al joven abogado, posando con una maqueta de Aerolíneas.
Las risas estallaron en la Biblioteca Nacional, entre los integrantes del colectivo K “Carta Abierta”, quienes denostan a Daniel Scioli sin perder oportunidad. El ministro se sumó a las risas y agitando sus manos, aclaró: “Les aseguro que no, salió bárbaro pero no”, dijo risueño.
Este modo de referirse al gobernador bonaerense es moneda corriente en algunos pasillos gubernamentales. Pero tal vez la mayor confirmación de esto no sucedió precisamente en alguno de los salones de la Casa Rosada sino en la residencia de Santa Marta durante el último viaje de Cristina al Vaticano.
Mientras la delegación oficial argentina aguardaba para saludar al Papa, una broma en forma de cantito llegó hasta el oído de Cristina: “Randazzo, Randazzo, Scioli con dos brazos”, entonaron varios y las risas burlonas brotaron otra vez. Incluyendo a la Presidenta.
Ese día se los vio a la espera de la foto con Francisco a los principales referentes de La Cámpora, al entonces aún no tan conocido dirigente radical Leandro Santoro y a los embajadores -saliente y entrante- ante el Vaticano, Juan Pablo Cafiero y Eduardo Valdés.
Ese modo de destrato en la intimidad de algunos oficialistas que no digieren al incombustible gobernador no es unánime, como se preocuparon en blanquear Aníbal Fernández o Juan Cabandié. O el candidato a jefe de Gobierno porteño, Mariano Recalde, quien agradeció a Scioli el apoyo dado en campaña por la esposa del gobernador cuando Karina Rabolini se mostró junto al joven abogado, posando con una maqueta de Aerolíneas.
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