En principio, el juez señaló que el fallo se sacó a la luz
porque hay una campaña para conseguir su renuncia y la del juez
Benjamín Sal Llargués, el otro firmante del polémico fallo, al Tribunal
de Casación.
Después, Piombo señal´que el asunto abordado en el
fallo era la concurrencia de un agravante o no, que era lo “gravemente
ultrajante”. “La ley no dice gravemente ultrajante para Novaresio, para
Piombo, para García o para Fernández, tiene que serlo para la víctima.
Entonces el fallo parte de la base de que
lo tremendo, lo ultrajante, había ocurrido con el padre (…). Puede ser que el fiscal no esté de acuerdo (…),
podemos estar equivocados,
pero nosotros no hicimos en absoluto una cuestión de fe de que la
persona era gay, nada. Simplemente que había ocurrido un hecho y que
como consecuencia de esa experiencia
había quedado en el menor una huella de travestismo,
de una conducta que realmente teníamos que tener en cuenta en un
proceso cuyo objeto procesal es juzgar a una persona, no el menor, no la
sociedad, no el padre, sino una persona que cometió actos impúdicos con
el menor con posterioridad”, dijo Pombo.
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Luego
aclaró que el hecho no fue una violación. “No lo violan, fueron cosas
asqueantes, pero no fue eso, (aunque) es lo mismo”, señaló.
La
reducción de la pena, explicó el juez, fue porque el menor “ya había
sufrido el impacto de lo gravemente ultrajante que es la iniciación de
lo que le hizo el padre en el peor de los mundos. Es decir, un padre que
conmueve a sus hijos llevandolos a la depravación”.
“Si a mí me
violan una vez, ¿ya la segunda vez es menos grave que me violen?”,
preguntó Novaresio. “Todo depende, puede haber otras circunstancias”,
fue la respuesta de Piombo, que volvió enseguida a aclarar que la
función de Casación en el caso solo fue determinar si cabía aplicar el
agravante de “gravemente ultrajante” o no.
Luego, Piombo agregó:
“Podemos considerar que ese agravante se dispara una sola vez, cuando la
persona es iniciada en la práctica aberrante”.
Segundos después, Piombo afirmó: “
Lamentablemente la ley a veces no tiene un sentido común, sino que la ley va a una relación humana que nosotros tenemos que establecer si se comete más de una vez”.
Ante
los cuestionamientos del periodista, el juez llegó a decir: “Estamos
equivocados, Novaresio, yo estoy con usted”, para luego aclarar: “Lo que
quiero decir es que yo respeto todas las opiniones”. Y siguió: “
Nosotros interpretamos eso, qué quiere que le diga.
Y nos basamos en el antecedente. Es mi mundo. El derecho no es una cosa
que está hecho para este caso, está hecho para muchos casos”.
Cuando se le preguntó si le parecía justa la pena dada al abusador, respondió: “Para mí es justo. Ahora la tutela del chiquito
no nos impor... no es nuestra”.
En ese momento, Novaresio dijo: “No le importa, está clarísimo”. Ante
lo que el magistrado respondió: “Es que la Ley me lo dice”.
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