AFP/Archivos / Boris Horvat
Miles de militantes del
sindicato CGT se manifiestan contra la reforma laboral del Gobierno, el
27 de mayo de 2016 en Marignane, cerca del aeropuerto de Marsella
A tan solo 12 días del comienzo de la Eurocopa 2016, el
malestar social continúa en Francia y la preocupación aumenta entre los
profesionales del turismo, con nuevas huelgas previstas esta semana en
el sector de los transportes.
Las protestas contra la reforma
laboral, que el Gobierno socialista quiere llevar hasta el final pese a
la oposición de una parte de sus propios parlamentarios, cumplen este
lunes su cuarto mes.
El comité de turismo de París y su región se
preocupaba por las consecuencias de estos "acontecimientos sociales",
como las constantes manifestaciones, las violencias de las marchas y los
bloqueos en gasolineras o en las carreteras, por la imagen que dan del
país.
"Las escenas de guerrilla en pleno París, retransmitidas
en el mundo entero, refuerzan el sentimiento de miedo e incomprensión de
los visitantes en un contexto lleno de angustia", señaló su presidente
Frédéric Valletoux.n Para él, después de un inicio de año lastrado por
los atentados de noviembre en París, "ya es hora de salvar la temporada
turística poniendo fin a los bloqueos" antes de la Eurocopa 2016 (del 10
de junio al 10 de julio).
Después de una semana marcada por las
dificultades de abastecimiento de carburantes, la revuelta social se
concentra en el sector del transporte, que se sumará a las protestas
contra el proyecto de ley de reforma laboral. En el sector ferroviario,
donde las negociaciones internas sobre los horarios de trabajo de los
ferroviarios entran en su fase final, se prevé una huelga prorrogable a
partir del martes por la noche.
AFP / François Guillot
El primer ministro
francés, Manuel Valls (C), el ministro del Interior, Bernard Cazeneuve
(2D) y el ministro de Transportes, Economía Marítima y Pesca, Alain
Vidalies (D), durante una reunión el 28 de mayo de 2016 en el Hotel
Matignon, en París
Por su parte, los pilotos del sindicato mayoritario de
Air France votaron este lunes el principio de una o varias huelgas de al
menos seis días, en protesta por la próxima reducción de sus salarios.
"Somos el único país que practica este fenómeno tan francés que consiste
en provocar el caos cuando queremos que la gente nos visite", lamentó
el diputado de la oposición de derecha Luc Chatel.
- 'Un buen texto' -
El
Gobierno espera que las cosas mejoren antes de la Eurocopa. "No habrá
huelga de trenes y de metro" durante la competición, aseguró el domingo
el responsable del partido socialista, Jean-Christophe Cambadélis. "No
me puedo creer ni por un segundo que secuestren así a toda Francia",
dijo a propósito de los responsables del sindicato contestatario CGT, en
cabeza de las revueltas.
Su líder, Philippe Martínez, lo deja en manos del
Gobierno. "No vamos a impedir que la gente vaya a ver los partidos de
fútbol, pero es necesario que el Gobierno quiera negociar. Todo está en
(sus) manos". Después de revisar su proyecto original para obtener el
apoyo de los sindicatos reformadores, el Gobierno no quiso hacer más
concesiones y recurrió a un artículo constitucional para pasar por la
fuerza la reforma en primera lectura en el Parlamento, sin el voto de
los diputados.
La reforma es "un buen texto", volvió a decir este
lunes el primer ministro, Manuel Valls, que junto con el presidente,
François Hollande, dice que irá "hasta el final", a pesar de la
oposición de una parte de los diputados de izquierda.
AFP / François Guillot
El primer ministro
francés, Manuel Valls, sale del Hotel Matignon, el 28 de mayo de 2016 en
París, tras una reunión con miembros del Gobierno y representantes del
sector de los carburantes
Por primera vez desde hace dos meses, Manuel Valls
llamó el sábado a Phillipe Martínez, quien vio en esta llamada una
"buena señal" y sugirió que la retirada de uno de los artículos más
polémicos de la reforma, podría calmar la situación.
Este artículo
permitiría a las empresas negociar directamente con sus trabajadores
las condiciones de trabajo, en lugar de las negociaciones generales por
sector de actividad. Los detractores del proyecto de ley consideran que
esta posibilidad pone en riesgo a los empleados y fomenta la
precariedad.
Al contrario, para el Gobierno esta ley debe permitir
adaptar el código laboral a la realidad de la empresa y favorecer así
la lucha contra un desempleo endémico (10%). A tan solo once meses de
las elecciones presidenciales de 2017, el presidente Hollande, cada vez
más impopular, puso como condición la mejora del empleo para presentarse
a la reelección.
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