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En el primer trimestre de este año, la cuarta economía de la eurozona tenía 4,79 millones de demandantes de empleo, 11.900 más que a finales de 2015, informó este jueves el Instituto Nacional de Estadística (INE), un alza de 0,1 puntos porcentuales.
En términos absolutos, el número de desocupados aumentó por primera vez desde finales de 2014 y España sigue teniendo la segunda tasa más elevada de la Eurozona detrás de Grecia (24,4% en el cuarto trimestre de 2015).
La economía española depende fuertemente del turismo, que representa el 11% del Producto Interior Bruto (PIB) y genera muchos empleos estacionales, menos numerosos durante el invierno.
Raúl Ramos, profesor de Economía de la Universidad de Barcelona, destaca no obstante que "en términos anuales, existe una reducción importante del número de parados". En el primer trimestre de 2016 hay 653.200 demandantes de empleo menos que en el mismo periodo de 2015. "El ritmo de reducción de esta tasa está siendo bastante más rápido de lo que se preveía", dice, aludiendo a la desocupación récord del 26,94%, alcanzada en el primer trimestre de 2013, en el peor momento de la crisis económica que sacudió al país a partir de 2008.
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Los economistas divergen sin embargo sobre el impacto de esta incertidumbre en el empleo. "Este retraso puede resultar en un aplazamiento de la inversión" por las empresas, teme Alfredo Pastor, profesor de la IESE Business School de Madrid.
"Yo no creo que las empresas a la hora de contratar a un trabajador porque ven que aumenta su cartera de pedidos lo atrasen por la falta de Gobierno", dice sin embargo Ramos.
Persisten sin embargo dificultades en términos estructurales. España tiene un número importante de diplomados superiores, pero también de personas que abandonaron los estudios demasiado pronto, y pocos trabajadores con calificación intermedia (21,9% en 2014 frente al 42,7% en la OCDE, según el Ministerio de Educación).
Esta situación provoca "un desajuste entre lo que necesitan las empresas y lo que el mercado ofrece", señala Ramos, considerando que eso explica "un desempleo estructural muy elevado".
Àngels Valls, profesora de Economía en la escuela de administración de empresas ESADE, señala que la reactivación se centró principalmente "en los servicios", pero el desempleo sigue siendo elevado en la agricultura y la industria.
En 2015, según el INE, el 87% de las creaciones netas de empleo concernían al sector servicios. En el primer trimestre de 2016, fue también éste el más afectado por el alza de la desocupación (-53.400 puestos).
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El desempleo sigue siendo así el punto negro de la economía en España, donde el número de hogares donde nadie trabaja es aún de 1,61 millones, un problema social que preocupa a las ONG que asisten a estas personas obligadas a recurrir a bancos de alimentos o comedores sociales.
Una de los dos grandes sindicatos del país, la Unión General de Trabajadores (UGT), manifestó su preocupación por la proporción de contratos a tiempo parcial que, pese a disminuir, "perfila en España un futuro mercado de trabajo de baja calidad", según su secretaria de políticas sociales, Mari Carmen Barrera.
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