El presidente de EE.UU., Barack Obama, habla en una rueda de
prensa en el marco del segundo día de la cumbre de la OTAN, en Chicago,
Illinois (EEUU). EFE |
Chicago (EE.UU.), 22 may (EFE).- El presidente de EE.UU., Barack Obama, ha aprovechado las cumbres del G8 y de la OTAN para implicarse directamente en el debate sobre cómo salir de la crisis en Europa, algo que a su juicio pasa por combinar control fiscal y crecimiento, así como por recapitalizar la banca.
Con vistas a las elecciones de noviembre, en las que buscará un segundo mandato, a Obama le interesa que la eurozona salga de la crisis, porque eso repercutirá favorablemente en la recuperación económica en EE.UU., todavía frágil.
"Tenemos que asegurarnos de que los bancos son recapitalizados en Europa para que los inversores tengan confianza. Y tenemos que asegurarnos de que hay una estrategia de crecimiento junto con la necesidad de disciplina fiscal", indicó Obama en una rueda de prensa al término de la cumbre de la OTAN en Chicago (EE.UU.).
También abogó por "una política monetaria que promueva la capacidad de países que, como España e Italia, han puesto en marcha objetivos muy duros y políticas muy duras".
La "buena noticia", según Obama, es que en la cumbre del G8 que tuvo lugar el viernes y el sábado en Camp David, la residencia de descanso del presidente de EE.UU., hubo "consenso" en que en Europa se necesita en estos momentos un equilibrio entre austeridad y crecimiento.
El nuevo presidente francés, François Hollande, vio respaldada su apuesta por impulsar políticas de crecimiento en Europa primero en la Casa Blanca, donde Obama lo recibió el viernes, y después en la cumbre del G8, que agrupa a los siete países más industrializados y a Rusia.
En esa cumbre se esperaba una fuerte resistencia de la canciller alemana, Angela Merkel, firme defensora de la austeridad en Europa, a las propuestas de Hollande.
Pero, según fuentes diplomáticas, no hubo tensiones en el G8 y la propia Merkel aseguró que no defendió en la cumbre una posición diferente a la de Francia.
En Camp David, Obama calificó de "seria" la crisis en la eurozona, pues amenaza la recuperación de la economía global.
"Si una compañía se ve forzada a hacer recortes en París o Madrid, eso puede significar menos negocio para las manufacturas de Pittsburgh o Milwaukee y puede significar tiempos difíciles para las familias y las comunidades que dependen de esos negocios", recordó.
Hoy en Chicago el presidente volvió a hacer hincapié en esa interdependencia: "Lo que sucede en Grecia tiene impacto aquí, en Estados Unidos. Las empresas son más reticentes a invertir si ven una gran cantidad de incertidumbre que se aproxima desde el otro lado del Atlántico".
Obama también ha querido dejar claro tanto en Camp David como en Chicago que Europa "tiene la capacidad" para superar esta crisis y que tendrá el apoyo de EE.UU. para ello.
Los Veintisiete celebran este miércoles una reunión extraordinaria en Bruselas y EE.UU. ha ofrecido "asistencia técnica" y trabajar "en algunas ideas para estabilizar los mercados", según dijo hoy Obama, aunque no dio detalles.
Además, pidió más "coordinación" a los europeos y sostuvo que ahora es mayor la urgencia para actuar frente a la crisis de lo que era hace dos años.
"Lo que creo que es más importante es que Europa reconozca que el proyecto del euro implica más que una moneda. Significa que tiene que haber una coordinación más efectiva en el lado fiscal y monetario y en el del crecimiento", argumentó Obama.
En la cumbre del G8 se pudo ver que hay "un propósito fuerte" de los europeos "para moverse en esa dirección", anotó.
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