Otra investigación que salpica al Gobierno
Por lavado de dinero, cayó el testaferro de Boudou
Un juez uruguayo había solicitado a Interpol la captura internacional de Alejandro Vandenbroele. Fue detenido en Mendoza. Es porque no se presentó a declarar en una causa sobre fondos sospechosos en The Old Fund, la sociedad que controlaba a Ciccone.Por pedido de Uruguay, detuvieron a Vandenbroele en Mendoza
Caso CicconeUn juez uruguayo había solicitado a Interpol la captura internacional del testaferro de Boudou en el Caso Ciccone para que declare por lavado de dinero.
La Policía Aeroportuaria detuvo anoche a las
21 en Mendoza a Alejandro Vandenbroele, considerado por la Justicia
testaferro del vicepresidente Amado Boudou en el proceso de compra de la
imprenta Ciccone Calcográfica. La detención se hizo por pedido de un
juzgado uruguayo, que ayer había elevado el pedido de captura
internacional de Vandenbroele a Interpol, que emitió un alerta roja para
localizarlo.
El juzgado especializado en Crimen Organizado de Montevideo pidió la captura luego de enviarle repetidas citaciones para indagarlo por presunto lavado de dinero y por la maniobra de inyectarle cuantiosos fondos a The Old Fund (la sociedad holandesa que en 2010 controló a la nueva Ciccone), a través de Dusbel, Sociedad Anónima constituida en Uruguay.
Clarín pudo comprobar desde temprano que Vandenbroele se encontraba en la provincia de Mendoza, y que por la tarde estuvo con su familia en un barrio de la periferia de la capital provincial.
Según fuentes del área de seguridad del gobierno nacional, la Policía Federal concurrió a los tres domicilios porteños que figuraban en la orden de captura, pero no encontraron a Vandenbroele, quien, según dio por probado el juez Ariel Lijo cuando procesó a Boudou, tiene profusos vínculos con el entorno directo del vicepresidente, puntualmente con su amigo íntimo José María Núñez Carmona. El jueves, los procesamientos de Boudou y Vandenbroele en la trama Ciccone –entre otros ex funcionarios vinculados con esas negociaciones– fueron confirmadas por un fallo de la Cámara Federal penal porteña.
Néstor Valetti, el juez que lleva adelante la causa en Uruguay, confirmó a Clarín que realizó “con alerta roja” el pedido de captura internacional. “Una vez que lo detengan, los tiempos para que esta persona sea extraditada dependerán de la justicia argentina o de la del país donde sea detenido”, dijo. “La verdad es que debimos apelar a esta instancia por su negativa de presentarse a declarar en Uruguay”, agregó.
Ayer, en el portal digital del diario El Observador, apareció una declaración del magistrado en la que decía que, a solicitud del fiscal Juan Gómez, había pedido la extradición de Vandenbroele en octubre de 2014, luego de que en agosto dejara por segunda vez a los funcionarios judiciales uruguayos esperándolo.
En esa oportunidad, la Cancillería argentina “observó” ese pedido de extradición porque no incluía “una orden de captura”. Por eso, ahora decidieron pedir la captura internacional a Interpol. Para avanzar en la investigación en este caso en Uruguay, tanto Gómez como Valetti necesitan la declaración de este “actor protagónico”.
Para intentar saber cómo estaba avanzando la búsqueda de Vandenbroele, este corresponsal se comunicó con un alto funcionario de Interpol Uruguay. “No tenemos ninguna información”, aseguró. “Sólo actuamos como vehículo transmisor de una orden judicial. Nosotros lo que hacemos es informar lo que solicita la autoridad judicial uruguaya a Interpol Argentina, y ellos a su vez le trasmiten el pedido al juzgado que tenga la causa en aquel país”, explicó.
Vandenbroele había sido citado a declarar por primera vez el 4 de febrero de 2014, pero no se presentó a la audiencia alegando que la justicia argentina le había impedido salir del país. En esa oportunidad, además, pidió declarar por escrito, una solicitud que fue desestimada por la justicia uruguaya, que puede aceptar esa práctica con los testigos de una causa pero no con los indagados.
Tres meses después, el 5 de mayo, después de que venciera el plazo de cierre de fronteras que pesaba sobre Vandenbroele, la justicia uruguaya lo volvió a convocar para que compareciera.
Esa segunda citación quedó fijada para el 28 de agosto, pero Vandenbroele tampoco concurrió al juzgado que, en esa instancia, tenía su sede temporal es uno de los pisos del edificio en el que está el Centro de Instrucción Criminal (CIC), en la Ciudad Vieja de Montevideo.
La trama que desembocó en la captura comenzó en abril de 2012, a partir de una investigación de la Unidad de Información y Análisis (UIAF) dependiente del Banco Central local (BCU), que consideró sospechosa la transferencia de US$ 620.000 realizada en favor de The Old Fund (renombrada a mediados de 2011 como Compañía de Valores Sudamericana) por la empresa Dusbel S.A., que nunca antes había transferido importes mayores a los 10 mil dólares. Interesado entonces en la conexión que en Uruguay tendría la nueva Ciccone Calcográfica, el BCU hizo la denuncia para que la justicia indagara a Vandenbroele.
En la Argentina, en el pedido de captura y en el proceso de extradición de Vandenbroele interviene el juez federal Marcelo Martínez de Giorgi.
El juzgado especializado en Crimen Organizado de Montevideo pidió la captura luego de enviarle repetidas citaciones para indagarlo por presunto lavado de dinero y por la maniobra de inyectarle cuantiosos fondos a The Old Fund (la sociedad holandesa que en 2010 controló a la nueva Ciccone), a través de Dusbel, Sociedad Anónima constituida en Uruguay.
Clarín pudo comprobar desde temprano que Vandenbroele se encontraba en la provincia de Mendoza, y que por la tarde estuvo con su familia en un barrio de la periferia de la capital provincial.
Según fuentes del área de seguridad del gobierno nacional, la Policía Federal concurrió a los tres domicilios porteños que figuraban en la orden de captura, pero no encontraron a Vandenbroele, quien, según dio por probado el juez Ariel Lijo cuando procesó a Boudou, tiene profusos vínculos con el entorno directo del vicepresidente, puntualmente con su amigo íntimo José María Núñez Carmona. El jueves, los procesamientos de Boudou y Vandenbroele en la trama Ciccone –entre otros ex funcionarios vinculados con esas negociaciones– fueron confirmadas por un fallo de la Cámara Federal penal porteña.
Néstor Valetti, el juez que lleva adelante la causa en Uruguay, confirmó a Clarín que realizó “con alerta roja” el pedido de captura internacional. “Una vez que lo detengan, los tiempos para que esta persona sea extraditada dependerán de la justicia argentina o de la del país donde sea detenido”, dijo. “La verdad es que debimos apelar a esta instancia por su negativa de presentarse a declarar en Uruguay”, agregó.
Ayer, en el portal digital del diario El Observador, apareció una declaración del magistrado en la que decía que, a solicitud del fiscal Juan Gómez, había pedido la extradición de Vandenbroele en octubre de 2014, luego de que en agosto dejara por segunda vez a los funcionarios judiciales uruguayos esperándolo.
En esa oportunidad, la Cancillería argentina “observó” ese pedido de extradición porque no incluía “una orden de captura”. Por eso, ahora decidieron pedir la captura internacional a Interpol. Para avanzar en la investigación en este caso en Uruguay, tanto Gómez como Valetti necesitan la declaración de este “actor protagónico”.
Para intentar saber cómo estaba avanzando la búsqueda de Vandenbroele, este corresponsal se comunicó con un alto funcionario de Interpol Uruguay. “No tenemos ninguna información”, aseguró. “Sólo actuamos como vehículo transmisor de una orden judicial. Nosotros lo que hacemos es informar lo que solicita la autoridad judicial uruguaya a Interpol Argentina, y ellos a su vez le trasmiten el pedido al juzgado que tenga la causa en aquel país”, explicó.
Vandenbroele había sido citado a declarar por primera vez el 4 de febrero de 2014, pero no se presentó a la audiencia alegando que la justicia argentina le había impedido salir del país. En esa oportunidad, además, pidió declarar por escrito, una solicitud que fue desestimada por la justicia uruguaya, que puede aceptar esa práctica con los testigos de una causa pero no con los indagados.
Tres meses después, el 5 de mayo, después de que venciera el plazo de cierre de fronteras que pesaba sobre Vandenbroele, la justicia uruguaya lo volvió a convocar para que compareciera.
Esa segunda citación quedó fijada para el 28 de agosto, pero Vandenbroele tampoco concurrió al juzgado que, en esa instancia, tenía su sede temporal es uno de los pisos del edificio en el que está el Centro de Instrucción Criminal (CIC), en la Ciudad Vieja de Montevideo.
La trama que desembocó en la captura comenzó en abril de 2012, a partir de una investigación de la Unidad de Información y Análisis (UIAF) dependiente del Banco Central local (BCU), que consideró sospechosa la transferencia de US$ 620.000 realizada en favor de The Old Fund (renombrada a mediados de 2011 como Compañía de Valores Sudamericana) por la empresa Dusbel S.A., que nunca antes había transferido importes mayores a los 10 mil dólares. Interesado entonces en la conexión que en Uruguay tendría la nueva Ciccone Calcográfica, el BCU hizo la denuncia para que la justicia indagara a Vandenbroele.
En la Argentina, en el pedido de captura y en el proceso de extradición de Vandenbroele interviene el juez federal Marcelo Martínez de Giorgi.
Laura Muñoz, ex esposa de Vandenbroele: "Eligió ser un ladrón"
Tras su detención en Mendoza, afirmó que "las pruebas son
contundentes". Y agregó: "Ahora no tengo miedo. Mi situación y la del
país cambiaron mucho".
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